Por qué la cerveza sin alcohol no siempre es la opción más saludable
En un nuevo estudio, investigadores analizaron los efectos fisiológicos de la cerveza sin alcohol en 44 hombres jóvenes y saludables.

Según Felipe Ambra, vicepresidente de Marketing de Grupo Modelo, una de cada 100 cervezas consumidas es sin alcohol. Actualmente, miles de opciones de bebidas sin alcohol están apareciendo tanto en bares como en supermercados. Chedraui, por ejemplo, ofrece más de 20 opciones de bebidas sin alcohol para adultos, y en México existen al menos dos cervecerías dedicadas exclusivamente a la producción de cerveza sin alcohol y varias grandes compañías que ofrecen opciones comerciales etiquetadas como bebidas no alcohólicas.
Como sabemos, el alcohol —especialmente en grandes cantidades— es perjudicial para la salud. Desde el funcionamiento cognitivo y hepático hasta la salud metabólica, las consecuencias del alcohol pueden ser muy amplias debido a su composición química. Sin embargo, algunos expertos ahora cuestionan si ciertas opciones sin alcohol podrían también tener efectos negativos en la salud.
En un nuevo estudio, investigadores analizaron los efectos de varias cervezas sin alcohol en el hígado, el metabolismo de la glucosa y las grasas, y la composición corporal de 44 hombres jóvenes y sanos.

¿Qué encontró el estudio?
En este estudio aleatorizado, de un solo centro y con los investigadores a ciegas, se compararon los efectos metabólicos, de salud y del microbioma intestinal de tres tipos de cerveza sin alcohol: pilsener, cerveza mixta y cerveza de trigo, las cuales los participantes consumieron diariamente.
Durante cuatro semanas, los 44 hombres del estudio bebieron diariamente 660 ml de agua o 660 ml de una de las tres cervezas sin alcohol, según el grupo al que fueron asignados al azar. Los investigadores tomaron muestras de sangre y heces antes y después del período de cuatro semanas, además de medir la composición corporal y escanear el hígado de los participantes.
Los resultados mostraron que aquellos que bebieron las cervezas sin alcohol —particularmente las cervezas mixtas y de trigo— presentaron niveles elevados de glucosa en ayunas (la cantidad de azúcar en sangre tras al menos ocho horas sin comer) y niveles elevados de insulina, respectivamente.
Aunque el cuerpo necesita insulina para regular el azúcar en sangre, tener niveles altos de forma sostenida puede derivar en complicaciones de salud como resistencia a la insulina, diabetes y algunos problemas cardiovasculares.
La cerveza pilsener resultó ligeramente mejor: tanto esta como el agua lograron reducir los niveles de colesterol y LDL sin afectar significativamente el metabolismo de la glucosa.
¿Qué significa esto para nosotros?
Los investigadores concluyeron que el alto contenido calórico y de azúcar de estas bebidas es probablemente lo que impulsa estos “efectos metabólicos desfavorables”. Aunque se ha eliminado el alcohol de estas cervezas, muchas todavía contienen una cantidad considerable de calorías y azúcar (que no se ha transformado en etanol durante el proceso de fermentación). Además, señalaron que el pequeño contenido residual de alcohol (hasta 0.5%) también pudo haber influido en los resultados.
También concluyeron que, aunque la pilsener sin alcohol tuvo menos efectos adversos en comparación con las otras variantes, no hubo un beneficio general comparado con no consumir cervezas sin alcohol.

La conclusión
Es importante recordar que muchas bebidas no alcohólicas también son altas en calorías y azúcar. Aunque no es recomendable consumirlas constantemente, es poco probable que afecten gravemente la salud si se toman con moderación. Este mismo principio aplica aquí. Los hombres de este estudio bebieron el equivalente a dos cervezas sin alcohol al día; aunque en época de parrilladas quizá uno se exceda más de lo habitual, esta cantidad tampoco refleja un enfoque balanceado.
Si eres particularmente cuidadoso con tu salud, estos resultados pueden ser útiles al elegir el tipo de cerveza sin alcohol que consumes. Según este estudio, podrías optar por las variantes pilsener en lugar de las cervezas mixtas y de trigo, especialmente si planeas consumir varias.
Sin embargo, se necesitan estudios más amplios antes de que los científicos puedan afirmar algo con total certeza. Los propios investigadores reconocen varias limitaciones en el estudio, como el tamaño reducido de la muestra y el hecho de haber evaluado únicamente a una población muy específica. Éticamente, tampoco pudieron incluir un grupo de control con cerveza alcohólica.
Al final del día, todo se trata de equilibrio y de tomar decisiones informadas. Uno de los beneficios de la creciente oferta de opciones sin o baja en alcohol es precisamente la variedad de fórmulas disponibles. Entre miles de productos, existen opciones bajas en calorías y azúcares.
En resumen, el mensaje es simple: cuando se trata de alternativas sin alcohol, el principio de “con moderación” sigue siendo clave.
Vía Men’s Health UK
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