Precisión extrema en la Red Bull Cliff Diving en Boston
Jonathan Paredes y MIDO protagonizan una jornada épica en la Red Bull Cliff Diving World Series en Boston, donde la precisión define cada clavado.
Para tener éxito en cualquier disciplina deportiva se necesita talento y, sobre todo, la capacidad de enfocarse en el objetivo, haciendo a un lado las distracciones. El cliff diving no es la excepción. Pero lo que lo distingue de otros deportes son las consecuencias potenciales que genera un simple error. Aquí, la precisión lo es todo. Junto con MIDO, acudimos a Boston para presenciar en vivo la última parada de la Red Bull Cliff Diving World Series. Spoiler alert: es aún más impactante de lo que revelan las fotos.
Sabía que ver a Jonathan Paredes caer desde una plataforma ubicada en lo más alto del Institute of Contemporary Art de Boston, a 27 metros de altura, sería emocionante. Pero hay un elemento para el que no estaba preparado: el sonido. Cuando sus pies impactan el agua, Jonathan y sus colegas se desplazan a una velocidad de 85 km/h, así que el estruendo que provoca el acuatizaje es considerable. A esto le sigue un mar de aplausos y vítores de los cientos de personas que luchan por hacerse de un lugar que les brinde la mejor perspectiva posible de la acción. Algunos observan de pie, otros lo hacen sentados en yates, lanchas y kayaks. Nosotros nos encontramos en una embarcación ubicada directamente enfrente de la plataforma.

A diferencia del futbol, el tenis o cualquier otro deporte, aquí el espectador es consciente de que en cualquier momento algo puede salir mal, así que es inevitable contener la respiración durante los tres segundos que dura cada clavado y los dos o tres más que le toma a los atletas emerger, ya sea con una sonrisa si creen haber obtenido una buena puntuación, o un gesto de desilusión si el clavado no fue impecable. Porque esto hay que destacarlo: este es un deporte de apreciación. No basta con caer de forma segura, hay que hacerlo con gracia, manteniendo una línea perfecta con el cuerpo al hacer contacto con el agua.
“Un pequeño error puede arruinar la competencia”, me dice Jonathan al concluir el evento y después de guiarme en un breve y atemorizante paseo por la plataforma (sujeto con un arnés, por supuesto). “Por eso siempre es muy importante abrir bien, al menos hacer bien los dos primeros clavados para tener ese extra de energía y decir ‘puedo hacerlo, hay que seguirle dando’”.
Jonathan es un veterano de la serie mundial. Fue campeón en 2017 y subcampeón en 2016 y 2019, y exhibe una templanza que solo la experiencia puede brindar. Es también, desde hace varios años, miembro de la familia MIDO. Se trata de un match perfecto. Esta casa relojera centenaria se distingue por su precisión. Jonathan es la encarnación de este concepto. Es capaz de saltar, girar, acomodar su cuerpo y tocar el agua de la manera justa para mantenerse a salvo. Una desviación de apenas unos cuantos grados en su trayectoria y el agua podría noquearlo, algo que, me cuenta, le ha sucedido a otros competidores alguna vez.

En la muñeca, Jonathan presume un Ocean Star 600 Chronometer. Es una pieza robusta y capaz que lleva dentro un movimiento de cronómetro certificado COSC. Como habrás adivinado, esto último significa que, igual que su dueño, es increíblemente preciso. Ya los admiraba, tanto a Jonathan como a MIDO, antes de embarcarme en esta aventura, pero me marcho más seguro que nunca de que se trata de auténticos maestros en su respectivo ámbito.
Ocean Star 600 Chronometer

Ficha técnica:
- Caja: acero inoxidable de 43 mm
- Movimiento: mecánico de cuerda automática
- Funciones: horas, minutos, segundos y fecha
- Reserva de marcha: 80 hrs
- Hermeticidad: 600 mts
Cómpralo aquí.
¿Ya te suscribiste al Newsletter de Men’s Health México y Latinoamérica?
Haz click aquí y recibe las mejores rutinas, consejos para bajar de peso, recomendaciones de salud y todo el contenido que necesitas para ser la mejor versión de ti.
Síguenos en nuestras redes sociales: Instagram, Facebook, X (Twitter) y Threads