Salud

Cómo lidiar con la incomodidad social (e identificar señales de autismo)

Si no eres muy bueno para identificar señales sociales y no se te da el arte de las conversaciones triviales, no significa que haya algo malo contigo. Lo explicamos. 

23 mayo, 2024
cómo lidiar con el autismo

Cuando Bryce, un contador de cuarenta y tantos, vino a verme, le preocupaba la forma en que se relacionaba con otras personas. Me dijo que no era bueno para charlar, le gustaba hacer las cosas siempre de la misma forma y tenía pocos amigos. “La gente no suele entender mi humor y no salgo mucho”, me dijo. Y luego me hizo una pregunta que escucho todo el tiempo en mi consultorio: “¿Crees que tengo autismo?”.

Las personas con autismo pueden tener problemas para identificar las señales sutiles de la comunicación con otros, interpretar expresiones faciales y mantener relaciones. También pueden obsesionarse con mantener ciertas rutinas y con texturas o patrones de luz. Cada vez son más los hombres que, preocupados por sus habilidades sociales, se preguntan si lo que les complica la interacción con los demás es un caso de autismo. Spoiler alert: lo más probable es que no sea el caso. El espectro del autismo se manifiesta en la infancia, usualmente alrededor de los dos años de edad, y no es algo que puedas desarrollar de pronto una vez que eres un adulto. Los niños con autismo tienen dificultades con el desarrollo del lenguaje. Podrían no responder al escuchar su nombre o dejar de hablar por completo durante un lapso. Las señales de alerta también incluyen patrones inusuales de juego como llevar sus juguetes de un sitio a otro pero sin jugar con ellos o no mostrar ningún interés en entablar amistades con otros niños. Sin embargo, algunas personas no enfrentan problemas sino hasta que son mayores y tienen vidas personales y laborales. Escuchar que tienes un trastorno del espectro autista puede ser duro, pero también es común que los adultos que son diagnosticados lo vean como un alivio ya que les brinda una explicación para lo que sienten y experimentan. Sin embargo, las probabilidades de que seas diagnosticado con esto son bajas. Únicamente el 1% de la población mundial cumple con los criterios clínicos para estar en el espectro.

Aunque Bryce sentía como que no encajaba, estaba felizmente casado, tenía un pequeño grupo de amigos y nunca había tenido problemas para conseguir trabajo. Como la mayoría de mis pacientes que creen que tienen autismo, Bryce no encajaba en los criterios. Sí, sentirte incómodo con las interacciones sociales podría indicar que estás en el espectro, pero lo más probable es que simplemente sea una indicación de que eres humano.

Las personas como Bryce también suelen pensar que sufren de trastorno de ansiedad social. Se trata de una suposición que tiene cierto sentido ya que comparte algunas características con el autismo, como la tendencia a evitar mirar a la gente a los ojos y aislarse. Pero este trastorno también tiene síntomas específicos como el miedo constante a ser humillado. Bryce tampoco cumplía con los criterios de este desorden.

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Lo que implica la incomodidad

Decirle a mis pacientes que no están en el espectro y que no tienen trastorno de ansiedad social no siempre les brinda el alivio que creerías. Eso es porque lo siguiente que piensan es algo como “¿Entonces si no tengo un problema diagnosticable simplemente soy alguien incómodo?”.

Quizá. Y eso no está mal. Todos lo somos en ocasiones. No dormir bien, encontrarnos en un ambiente nuevo o simplemente tener un mal día puede provocar que perdamos la confianza en nosotros mismos, nos trabemos al hablar o estemos distraídos. Lo que hay que evitar es obsesionarnos con la idea de que hay algo malo con nosotros. Es posible que estés perfectamente saludable en términos mentales y simplemente seas diferente.

También debes saber que el hecho de que creas que los demás te ven como alguien incómodo socialmente, no significa que esa sea realmente su impresión. Por ejemplo, algunas investigaciones demuestran que las personas con niveles elevados de ansiedad tienden a ser más conscientes de sí mismas, lo cual provoca que se sientan avergonzadas con mayor facilidad. Podrías asumir que porque no entendiste un chiste o te quedaste callado durante una junta de trabajo, los demás pensarán mal de ti y ya no querrán incluirte. Ese no necesariamente es el caso. No seas severo contigo mismo y acepta que quizá eres un poco distinto al resto.

Haz que la incomodidad te funcione

Primero, toma nota de los momentos en que esta sensación suele presentarse. Bryce se dio cuenta de que cuando se sentía menos cómodo es cuando tenía la presión de socializar en el trabajo. A sus colegas les gustaban los deportes y disfrutaban salir a beber. A él no le interesaban esas cosas y no sabía qué decir cuando esos temas salían a colación. Aprendió a decir “no soy muy fan del futbol” y eso le ayudó a los demás a comprender por qué se quedaba callado. Luego, le preguntaron de qué sí era fan y eso permitió que lo conocieran mejor.

Si te sientes muy incómodo en las ocasiones sociales relacionadas con el trabajo (las cuales lo son para casi todo el mundo), busca a una o dos personas con las que tengas mayor familiaridad. Prepara un par de preguntas desde antes para hacer que fluya la conversación y enfócate en escuchar lo que te dicen. Luego, haz más preguntas de seguimiento. Que haya algunos momentos de silencio es algo normal, no asumas que es tu responsabilidad evitar estas pausas.

Si estas cosas no te funcionan, puedes agendar una cita con un profesional de salud mental. Quizá tengas un trastorno, quizás no. Como sea, puedes aprender a comunicarte mejor. Experimentar sentimientos difíciles no significa que haya algo malo contigo. A veces son simplemente eso, sentimientos, y puedes aprender a vivir con y a pesar de ellos.

Cómo mantengo todo bajo control con Jack Krawczyk

Probablemente has escuchado sobre Bard, el chatbot de Google AI. Bard tiene un maestro, ese es JACK KRAWCZYK, director de gestión de producto. Luchar contra otros titanes de la industria de la tecnología es un trabajo demandante. Sin embargo, Krawczyk ha encontrado la forma de tomar ventaja de sus habilidades, y las de Bard, para hacerlo más manejable. Por: Cori Ritchey

6:30 AM – Tiempo en familia

Después de revisar rápidamente los correos que llegaron durante la noche, uso la mañana como un momento sagrado para descansar del teléfono y conectar con mi familia, usualmente escuchando a Bob Marley. Cuando los niños despiertan, elegimos un disco y lo escuchamos juntos.

8:00 AM – Busca Claridad

Bard me ayuda a marcar la pauta del día. Tiendo a pensar de una forma no estructurada, de manera que a veces activo el micrófono del teléfono y me grabo hablando durante varios minutos. Luego, le pido a Bard que haga una síntesis y uso ese texto para establecer el orden de la jornada.

11:00 AM – Di que sí

Constantemente pienso en hacer intercambios justos y útiles. Por ejemplo, dejo bien claro que apoyo tal cosa, pero sólo si sucede esta otra. Esto me obliga a pensar en el trabajo en términos de prioridades y compartirlas con otros.

1:00 PM – Encuentra armonía

Todo el mundo dice que necesitas un equilibrio entre trabajo y vida personal, pero prefiero el concepto de armonía: el trabajo me brinda energía. Me siento más capaz al final del día que durante la mañana, especialmente cuando logramos algo en la oficina como cuando Bard transformó una imagen en texto por primera vez.

3:00 PM – Sal a correr

Odio hacer ejercicio en interiores, así que intento pasar tanto tiempo afuera como sea posible. Suelo tomarme una hora para correr 8 km. Además, escucho un podcast mientras lo hago, de esa forma me sirve como un tiempo de meditación.

7:00 PM – Noche de cita

Mi esposa y yo tenemos una cita todos los jueves y hacemos un esfuerzo por pensar en temas de conversación que sean diferentes e interesantes. Es fácil terminar hablando siempre de lo mismo, así que utilizamos este tiempo para abordar cuestiones nuevas como libros, música y cultura popular.

8:00 PM – Cuenta un cuento

La hora de irse a la cama es un momento muy importante con mis hijos. A veces uso Bard para cocrear historias que les leo en voz alta. He aprendido que hay incontables formas de narrar cuentos sobre vehículos de construcción (les encantan).

10:00 PM – Desconéctate

Las noches en las que mejor descanso son aquellas en las que dejo el teléfono cargándose lejos de mi buró. Usualmente no es el caso, pero sigo intentándolo.

Este artículo apareció publicado en la edición de abril de Men’s Health México y Latinoamérica.

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