Salud

¿Un cerebro viejo es un mejor cerebro?

Depende de a qué te refieras con “mejor cerebro” y para que lo vayas a utilizar.

26 febrero, 2025
ilustración de un cerebro

Después de que Joe Biden se convirtió en el presidente más viejo en la historia de Estados Unidos (78 años cuando llegó al cargo), y ahora que Donald Trump ha empatado ese récord, resulta natural preguntarse si debería haber un límite de edad para un trabajo con tanta responsabilidad como ese. ¿En verdad puede alguien que está cerca de sus ochentas tener la destreza mental y la capacidad cognitiva para rendir de forma adecuada?

Fisiológicamente, no podemos evitar que nuestros cerebros cambien. Comienzan a reducir su tamaño en alrededor de 3% cada década después de los 40. Eso acelera a 5% por década cuando alcanzamos los 80. Nuestra velocidad de procesamiento de información se reduce también y resulta más difícil recordar cosas rápidamente o ignorar el ruido exterior. Estas funciones se complican debido al endurecimiento de los vasos sanguíneos y la acumulación de placa en el cerebro.

Sin embargo, los científicos están desafiando las concepciones que solíamos tener en torno a las implicaciones de esto en el día a día. Sabemos que el volumen del cerebro se reduce, según explica Scott A. Kaiser, M.D., director de salud cognitiva geriátrica en el Pacific Neuroscience Institute de Santa Mónica, California. “Pero eso podría no ser tan importante en términos de su rendimiento general”. De hecho, de cierta forma un cerebro viejo está mejor equipado para lidiar con las demandas de un trabajo que requiere razonamiento, control emocional y habilidades para la toma de decisiones.

También hay que preguntarnos qué tan relevante es la edad en realidad, dado que no necesariamente define cómo funciona el cerebro. “Cada persona desarrolla una resiliencia y resistencia distintas con el paso del tiempo”, dice el neurólogo Marek Marsel Mesulam, M.D. de la Feinberg School of Medicine de Northwestern University.

Esto ha generado toda una conversación en torno a la idea de que podría haber incluso beneficios de tener un cerebro con vasta experiencia. Vale la pena analizarlo, más allá del contexto electoral.

El envejecimiento tiene algunas ventajas cognitivas

Conforme acumulamos años de vida, también crece nuestra perspectiva. Somos capaces de organizar mejor la información e incluso podríamos tener mejor juicio.

“Tienes experiencia de vida que conduce a la sabiduría y la intuición de cuál es la mejor decisión”, dice Chip Conley, autor de Wisdom at Work: The Making of a Modern Elder.

Es un concepto conocido como “inteligencia cristalizada”. Esta permite a las personas tomar ventaja de una base de conocimiento acumulado. “Es importante porque tienes un mejor reconocimiento de patrones y puedes ver asuntos complejos con más claridad”, dice Conley. Por tanto, entiendes lo que ocurre y puedes resolver problemas rápidamente.

Además, a lo largo de los años, continúas cultivando nuevas conexiones entre células cerebrales. A esto se le conoce como neuroplasticidad. Esta promueve la capacidad del cerebro de adaptarse a nuevas ideas y circunstancias. Es posible continuar acumulando capacidad cognitiva y que esto ralentice el desarrollo de síntomas si la salud del cerebro comienza a deteriorarse.

Los viejos sabios que se encuentran en posiciones de poder también podrían ser capaces de regular mejor sus emociones, algo esencial cuando tienes que consolar a las víctimas de un huracán y luego responder ante una crisis geopolítica. “La simple capacidad de procesamiento, asociada con la juventud, no es lo único que importa”, dice Adam Felts, investigador del AgeLab en el Massachusetts Institute of Technology.

ilustración de un cerebro
Ilustración: Blake Kale

Hay que hacer a un lado los estereotipos

De acuerdo con los expertos, reconocer los beneficios de la edad es crítico para poder tener una discusión más honesta en torno a lo que se puede esperar, y valorar, de los líderes viejos.

Cosas como que Biden pierda el equilibrio o que Trump olvide algunos datos históricos (por ejemplo, que diga que estamos en el borde de la “Segunda Guerra Mundial”), no necesariamente son un reflejo preciso de la capacidad cognitiva. “La forma en que se tiene esta discusión, no suele ser de buena fe”, dice Felts. Es importante distinguir entre preocupaciones legítimas y simples estereotipos.

“Nadie le está pidiendo a Warren Buffet que deje su puesto con 94 años”, dice Conley. “Hay muchos mensajes allá afuera en contra de la vejez, pero también quiero hablar de los positivos. Las personas ahora viven más, con mayor vitalidad y hacen cosas que antes no podríamos haber imaginado”. En otras palabras: deberíamos dejar de obsesionarnos con la edad y poner más atención a la mentalidad. “¿Estas personas están abiertas a nuevas experiencias y aprendizajes? Esa es una buena pista de que están en buena forma en términos cognitivos”, continúa Conley. “Significa que están creando conexiones nuevas y mantienen su vitalidad”.

El Dr. Mesulam explica que los cerebros envejecen a diferente ritmo. “Si tomas a un grupo de niños de cinco años, probablemente comparten cosas como estatura, vocabulario y habilidad cognitiva”, dice. “Pero en un grupo de sujetos de 85 años, las cosas son distintas”. Uno o dos tendrán Alzheimer’s y otro será lo que se conoce como “SuperAger”, alguien que tiene más de 80 pero su capacidad mental es equivalente a la de alguien 30 años menor. El resto estarán en un punto medio y esto es determinado por la genética, la influencia del ambiente y sus decisiones.

En la actualidad, las pruebas cognitivas más comunes se realizan en el consultorio de un médico e involucran exámenes verbales y de dibujo. En el futuro, los exámenes de sangre, análisis cerebrales y el software de reconocimiento de patrones podrán reflejar de forma más precisa el deterioro cognitivo.

Incluso en el caso de pérdida de capacidad, hay esperanzas. Las nuevas terapias para el Alzheimer’s han mostrado mucho potencial y el creciente interés en la longevidad ha intensificado los esfuerzos de parte de los investigadores para desarrollar terapias y medicamentos.

Formas de mejorar la capacidad mental

Mientras se desarrollan las investigaciones en torno a terapias y sustancias, la ciencia también está enfocada en cosas más simples sobre las cuales puedes tomar el control ahora: la importancia de las conexiones sociales en la salud cerebral a largo plazo y el impacto de tu perspectiva sobre el envejecimiento.

La neurocientífica Emily Rogalski, Ph.D., quien lidera la SuperAgers Research Initiative en la University of Chicago, se ha enfocado en el rol que las conexiones sociales podrían jugar en la longevidad y la salud del cerebro. Los hallazgos: los sentimientos de soledad conducen a un incremento en la inflamación, así como en la presión sanguínea, y podrían contribuir a la aparición de coágulos.

Pero ha sido complicado determinar exactamente qué tipo de conexión importa más. ¿Es una llamada de una hora con un amigo? ¿O múltiples interacciones breves a lo largo del día con colegas? Recientemente, el equipo de Rogalski comenzó un estudio en el que le dieron sensores de pecho, tobillo y muñeca a más de 500 “SuperAgers” para medir su descanso, actividad física e interacciones sociales. “Antes contábamos primordialmente con datos subjetivos sobre sus actividades y descanso”, explica. Ahora, estos dispositivos pueden complementar los datos que se tienen sobre estructura y función del cerebro. La idea es que esto genere evidencias de cómo exactamente deberíamos maximizar los beneficios cognitivos.

Otras investigaciones sugieren que las creencias tienen un impacto también. Un estudio de 2002 de Yale encontró que las personas que tenían una perspectiva positiva sobre el envejecimiento vivieron en promedio siete años más que aquellos cuya perspectiva era negativa. Recientemente, al analizar a un grupo de 75 individuos de más de 85 años, Taylor Patskanick, investigador del MIT AgeLab, obtuvo hallazgos similares. “Este grupo está redefiniendo nuestras expectativas en cuando al envejecimiento”, dice. “A estas personas les va bien con la vejez y demuestran que hay un lado positivo de esto”. Algunos de ellos son sobrevivientes del Holocausto y están orgullosos de su resiliencia. También perciben el deterioro cognitivo como algo que le ocurre a otras personas.

En la actualidad, son más los individuos que consideran tener una tercera o cuarta carrera (haciendo a un lado la idea típica de la edad de retiro) y esto está cambiando las expectativas que tenemos como sociedad sobre el envejecimiento. Quizá sea hora de dejar atrás la idea de categorizar a la gente con base en los años vividos y valorar las contribuciones de aquellos que continúan mostrándonos el camino.

SARAH ELIZABETH RICHARDS ha escrito sobre el cerebro, biotecnología y otros temas científicos para Wired, National Geographic y Smithsonian.

Consejos del Dr. Attia para septuagenarios

CUERPO: A los 70 años, estás en la zona de riesgo para caídas. En esta etapa, es mucho más fácil perder músculo que ganarlo, así que no es el momento de dejar de moverse. Y si no has empezado a ejercitarte, hay que hacerlo ya.

MENTE: Tu perspectiva en torno al envejecimiento impacta tu longevidad. Una buena regla para determinar la verdadera edad de alguien es escucharlo hablar: si habla sobre el pasado, las cosas que sucedieron y lo que hizo, esa persona ha envejecido. Si habla sobre sus sueños y aspiraciones, es alguien que continúa siendo joven.

imagen del doctor peter attia
Getty

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