¿Qué es la compatibilidad sexual? Cómo saber si la tienes con tu pareja
No se trata de tener la misma libido.
Durante mucho tiempo, especialmente en mis años más jóvenes, creí que la compatibilidad sexual estaba ahí o no lo estaba. O tenías esa química eléctrica de “arráncate la ropa” o no la tenías. Querías sexo al mismo tiempo. Te gustaban las mismas cosas. Ambos terminaban (idealmente juntos) y luego tal vez pedían comida tailandesa.
Eso es todo, ¿cierto? Bueno… no exactamente.
Resulta que la compatibilidad sexual tiene menos que ver con igualar las libidos y más con la curiosidad mutua, la comunicación íntima y la capacidad de navegar las diferencias sin caer en la confusión, el resentimiento o la sensación de que tu relación está mal.
“La compatibilidad sexual no se trata solo de que les gusten las mismas cosas en la cama”, dice Natassia Miller, educadora sexual certificada por AASECT para Dating Advice, con sede en Nueva York. “Se trata de cómo manejan lo que es diferente. ¿Pueden hablar de sexo? ¿Pueden discrepar con cuidado? ¿Pueden mantenerse emocionalmente conectados incluso cuando las cosas no están calientes e intensas?”
Si eso parece más complicado de lo que nos enseñó la cultura pop, lo mismo pensé yo. Pero como alguien que ha estado en relaciones intensas, en otras que se desmoronaron bajo presión, y ahora en un matrimonio exitoso, puedo decirte: aprender a co-crear compatibilidad es mucho más sexy que perseguir la fantasía de la perfección instantánea.
¿Intrigado? He aquí: nuestra guía respaldada por expertos sobre todo lo relacionado con la compatibilidad sexual, para que tú (y tu pareja) puedan construir y nutrir la suya.
¿Qué significa la compatibilidad sexual?
Según Miller, la compatibilidad sexual es simplemente el grado en que las necesidades, deseos, límites y estilos de comunicación sexual de dos personas se alinean.
“La [compatibilidad sexual] no significa que siempre querrán tener sexo al mismo tiempo, o que lo querrán de la misma manera cada vez”, aclara. “Se trata de poder navegar esas diferencias sin desconectarse”.
La compatibilidad sexual tiene componentes tanto físicos como emocionales. En el aspecto físico, la compatibilidad en la intimidad puede incluir cosas como la frecuencia, las preferencias de contacto, los detonantes de excitación y lo que consideras atractivo. Emocionalmente, sin embargo, se trata de sentirte lo suficientemente seguro para expresar tus necesidades, establecer límites y explorar juntos sin vergüenza.
“Cuando las parejas son sexualmente compatibles, se fortalece su vínculo emocional”, dice Michelle Herzog, terapeuta sexual certificada por AASECT con sede en Chicago. “Pero cuando los desajustes no se abordan, pueden generar una tensión real con el tiempo”.
Señales de una mala compatibilidad sexual
Entonces, ¿cuáles son las señales de una mala compatibilidad sexual? Bueno, para empezar, recuerda que si piensas que podrías tener poca compatibilidad sexual con tu pareja, no significa que tu relación esté condenada, pero sí significa que hay señales a las que vale la pena prestar atención.
Las necesidades sexuales desiguales suelen manifestarse así:
- Una persona siempre inicia, mientras que la otra constantemente rechaza.
- Evitan hablar de sexo por completo porque resulta demasiado.
- Discuten sobre la frecuencia o sienten resentimiento respecto al contacto.
- Empiezan a cuestionarse si todavía se atraen mutuamente.
Pero aquí está el giro: “Lo que parece una falta de coincidencia de libido a menudo es otra cosa”, explica Miller. “El estrés, el agotamiento, los cambios hormonales, la medicación, la fatiga por la crianza de los hijos o incluso el resentimiento no expresado pueden afectar el deseo”.
En otras palabras: si el sexo se siente apagado, puede que en realidad no tenga nada que ver con el sexo.
Cómo fomentar la compatibilidad sexual con tu pareja
Esta es la parte que más me gusta: la compatibilidad sexual no es algo fijo. No es que la tengas o que ya hayas perdido la oportunidad. Más bien, es algo que se crea en conjunto, a través del cuidado, la comunicación, la curiosidad y la apertura mental.
Si necesitas algunas estrategias prácticas para lograr (y mantener) la conexión en la intimidad, te recomendamos probar estos cinco consejos.
1. Hablen de sexo, sin presión
En lugar de esperar a que las cosas se sientan críticas, comiencen a conversar de manera casual y regular.
“Haz preguntas como, ‘¿Qué te ha gustado últimamente?’ o ‘¿Qué es algo que te ha generado curiosidad?’”, dice Miller.
¿Necesitas un poco de ayuda para empezar? Miller creó un Mindful Intimacy Card Deck para que las parejas exploren sus deseos con 138 preguntas diseñadas para ello. Cada carta fomenta la conexión, la comunicación y, sí, también la excitación en ambos.
2. Comprendan los estilos de deseo de cada uno
Algunas personas experimentan deseo espontáneo, lo que significa que están listas casi sin calentamiento previo. Otras tienen lo que se llama deseo responsivo, en el que necesitan cercanía emocional o contacto físico antes de entrar en el estado de ánimo adecuado.
“No es un problema si son diferentes”, dice Miller. “La clave está en entenderse y no asumir que un estilo es ‘mejor’ o ‘correcto’”.
3. Enfóquense en el placer, no en el desempeño
Es momento de abandonar la mentalidad del orgasmo como meta final. “El éxito no tiene que verse como sexo con penetración o clímax”, explica. “Puede tratarse de placer compartido, exploración lúdica o simplemente conexión piel con piel”.
4. Mantengan la curiosidad sexual
Lean libros eróticos. Vean juntos una película sensual. Tomen un taller. Prueben algo nuevo, no porque haya un problema, sino porque el juego también es sexy. “La compatibilidad sexual prospera cuando la mantienen colaborativa”, afirma Miller.
5. Revisen y ajusten regularmente
“La compatibilidad cambia con el tiempo”, añade Herzog. “Tu vida sexual a los 25 no es la misma que después de tener hijos, en la mediana edad o en momentos de estrés. La recalibración es parte del proceso”.
Consejos para manejar las diferencias en los deseos sexuales
Incluso con conversaciones y pruebas, a veces simplemente no estarán sincronizados. Y está bien.
“La clave es encontrar un punto medio en lugar de intentar cambiarse mutuamente”, señala Herzog. Eso puede significar:
- Programar momentos íntimos para reducir la presión o la incertidumbre.
- Explorar otras formas de conexión física (masajes, abrazos o caricias sensuales).
- Practicar la empatía erótica, es decir, preguntarle a tu pareja: “¿Cómo te sientes cuando digo que no?” o “¿Qué te ayuda a sentirte deseado/a?”
¿El objetivo? No una alineación perfecta, sino una intimidad sostenible que funcione para ambos.
Cuándo acudir a un profesional
Si ya han intentado hablar, experimentar y conectar, pero siguen encontrando las mismas barreras, quizá sea momento de buscar ayuda externa.
“Un terapeuta sexual puede ayudarte a identificar patrones y llegar a la raíz de lo que no está funcionando”, dice Herzog.
No esperen hasta estar resentidos en silencio o completamente desconectados. La terapia no es un último recurso, sino un acto de cuidado para la relación y para ambos.
Solía pensar que la compatibilidad sexual era una chispa. Ahora sé que se parece más a una práctica. Una construida sobre la curiosidad, la intimidad y la comunicación honesta, especialmente en los momentos difíciles. Así que si algo no se siente bien, háblenlo. Explórenlo. Rían juntos. Vuélvanse a elegir, una y otra vez.
Puede que descubran que la verdadera compatibilidad no consiste en encontrar a la pareja perfecta, sino en convertirse en ella, juntos.
Vía Men’s Health
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