Bagatelle, celebrando el joie de vivre
Bagatelle no solo es un restaurante, es un rincón de lujo y sofisticación en la Ciudad de México que tienes que conocer.
La filosofía de Bagatelle es simple y nos encanta: un homenaje a la joie de vivre y al espíritu epicúreo del sur de Francia. Busca hacer sentir a sus comensales como invitados a la mesa de un “epicúreo bon vivant de la Riviera Francesa”.
Nacida en Nueva York, Impregnada de St. Tropez
Pero, ¿cuál es la historia de Bagatelle? Bagatelle nació en el 2000 en la ciudad de Nueva York, donde dos emprendedores franceses, Rémi Laba y Aymeric Clemente, dieron vida al primer Bagatelle en la Gran Manzana.
Llevando la experiencia Bagatelle por el mundo
El éxito del primer restaurante llevó a Bagatelle a exportar rápidamente su concepto alrededor del mundo, llevando la joie de vivre francesa a los destinos más elegantes del planeta. Actualmente, Bagatelle Group cuenta con 15 establecimientos alrededor del mundo, tres en México.
Pero, ¿deberías visitar Bagatelle?
La respuesta corta es: ¡corre ahí ahora! Para una respuesta más elaborada, pero con la misma conclusión, sigue leyendo.
Visitamos Bagatelle en la Ciudad de México para disfrutar de un lugar que ofrece un ambiente animado, muy buena comida, excelentes bebidas y un servicio espectacular. Por supuesto, un restaurante de esta calidad no podría estar en otro lugar que la avenida Presidente Masaryk, en la colonia Polanco de la Ciudad de México.
El lugar, elegantemente decorado, ofrece distintas ambientaciones listas para diferentes ocasiones. Independientemente si quieres tener una comida de negocios, una fiesta de cumpleaños, o hasta precopear antes de salir de fiesta, Bagatelle es el lugar indicado.
La decoración, la luz y el general todo los espacios se adecúan al ánimo de los comensales, lo que convierte a Bagatelle en un espacio moderno y elegante.
La comida
La carta de Bagatelle, marcadamente influenciada por la cocina francesa, está de lo más completa. Sin importar gustos, requerimientos nutrimentales o antojos, seguro encontrarás algo delicioso. Entradas frías, calientes, ensaladas, pastas y platos fuertes, todos impresionantemente presentados y con ingredientes de primera.
Empezamos con la famosa pizza de aguacate, que sin duda fue la protagonista de la noche. Si sólo vas a pedir una entrada, esta es sin duda la que debes probar. Otra ventaja no sólo de las entradas, sino de todo el menú, es que las porciones son perfectas para compartir, así que no dudes en pedir una o dos entradas para disfrutar al doble.
Probamos las empanadas de calamares, indiscutiblemente uno de los imperdibles del menú.
La entrada que debes probar: la pizza de aguacate, punto.
Una vez sorteadas las entradas, llegó la hora de los fuertes. Para este tiempo Bagatelle, ofrece opciones clásicas, llenas de sabores del mediterráneo como el pollo de granja con estragón, el pulpo confitado o la lubina al horno. Nos decidimos por un solomillo de Black Angus que te llevan a la mesa sobre una parrilla para mantenerlo caliente o, si así lo deseas, cocer la carne un poco más. Espectacular.
El fuerte que debes probar: las costillas de cerdo a la parrilla son una garantía.
Finalmente, el postre. Para este tiempo, debido al tamaño de los platillos, tuvimos que esforzarnos. Valió la pena. Para evitar el desafío constante que es decidirse por algo en el menú de Bagatelle, para este tiempo nos dejamos consentir. A la mesa llegaron dos postres insignia de la cadena: su tradicional pizza de chocolate y las crepas crujientes con crema de ron. Decidirnos por uno para recomendarte resultó verdaderamente difícil, cualquiera de los dos te va a encantar, sin embargo, tenemos un compromiso contigo.
El postre que debes probar: crepas crujientes con crema ligera de ron dulce de leche
Hacia el final de la cena, Bagatelle se pone sugerente, bajando la intensidad de la luz y subiendo el volumen de la música, invitando a los comensales a empezar la fiesta. Basta con decir que aceptamos la invitación de buena gana, sin saber si estábamos cerrando la noche o empezándola, pero con la garantía de que lo íbamos a pasar bien. No nos equivocamos.
Dónde: Tennyson 117, Polanco, CDMX
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