Channing Tatum sorprende con su transformación en “Un buen ladrón”
De stripper a soldado, de héroe de acción a fugitivo en busca de redención: este es el papel que redefine su carrera.
Channing Tatum perdió más de 32 kilos para interpretar a Jeffrey Manchester en Un buen ladrón, la nueva cinta de Derek Cianfrance. Una transformación física y emocional que marca un antes y un después en su trayectoria.
De cuerpo a código: el nuevo lenguaje de Channing Tatum
Desde Step Up y Magic Mike, Channing Tatum ha hecho de su cuerpo una herramienta expresiva. Su físico siempre fue su carta de presentación: potencia, disciplina y sensualidad en movimiento.
Pero con Un buen ladrón (Roofman), su próxima película dirigida por Derek Cianfrance (Blue Valentine), el actor da un giro total.
En esta historia basada en hechos reales, interpreta a Jeffrey Manchester, un exmilitar que se convierte en el legendario “Roofman”, un ladrón que vive escondido durante meses en una tienda de juguetes tras escapar de prisión.
Lejos del glamour del cuerpo de espectáculo, Tatum construyó uno distinto: cansado, vulnerable y humano. Mantiene firme su idea de que el cuerpo, en su carrera, no es para lucirlo, sino para sostener una historia.

Una transformación extrema: de 106 a 78 kilos
A sus 45 años, Tatum perdió más de 32 kilos para dar vida al personaje. Venía de interpretar un papel robusto en Josephine, donde alcanzó los 106 kilos. Para Roofman, su objetivo inicial era bajar a 84, pero terminó llegando a 78 kilos.
“Jeffrey no era musculoso. Era alguien que sobrevivía en espacios pequeños, que se escabullía por ductos y se escondía entre muros. Yo tenía que aparentar eso”, contó Tatum.
El cambio fue tan drástico que alarmó al equipo de producción. Mary Ellis, asistente de dirección, recuerda haberle dicho: “Basta, hay que darle un filete ya mismo”. Cianfrance admitió que la transformación superó lo planeado.
Pero el verdadero desafío fue mental:
“Todo ese vacío y tristeza del personaje también me alcanzaron. Me miraba al espejo y me veía desmoronándome”, confesó el actor.

Entrenar para sentir, no para mostrar
Para lograr el físico de un hombre que sobrevive con lo mínimo, Tatum cambió completamente su enfoque de entrenamiento. Abandonó los circuitos de alto rendimiento para centrarse en ejercicios de peso corporal, movilidad, estiramientos prolongados y trabajo respiratorio.
“Quería parecer alguien que vivió meses escondido, alimentándose mal y moviéndose con sigilo.”
Su equipo de entrenadores, nutriólogos y chefs diseñó un plan de déficit calórico con enfoque funcional y apoyo psicológico.
En redes sociales compartió su antes y después, agradeciendo a su equipo y prometiendo no volver a someter su cuerpo a fluctuaciones tan extremas:
“Es demasiado pesado para el cuerpo y muy complicado de revertir.”
Entre la disciplina y el límite
Tatum ya había transformado su cuerpo para otras películas, incluyendo la saga de Magic Mike. Pero el impacto de esas fluctuaciones casi lo lleva a rechazar la tercera entrega, estrenada en 2023.
“Esa podría ser la razón por la que no quise hacer la última”, dijo a Kelly Clarkson. “Porque tengo que verme así. Es difícil incluso si haces ejercicio; estar en esa forma no es natural… tienes que matarte de hambre. No creo que estar tan delgado sea realmente saludable.”
Con Un buen ladrón, el actor encontró un punto de equilibrio entre entrega artística y autocuidado físico, mostrando que el rendimiento también implica reconocer los límites del cuerpo.
Del músculo a la emoción: un nuevo tipo de fuerza
Con Un buen ladrón, Tatum rompe el molde del héroe de acción. Ya no es el símbolo del deseo ni el cuerpo perfecto; ahora es un hombre fracturado que busca redención.
En Magic Mike, su físico fue poder; en Foxcatcher, una armadura; en Dog, empatía; y ahora, en Roofman, vulnerabilidad.
Cianfrance lo lleva al límite emocional, explorando la fatiga, la soledad y la culpa como parte de la narrativa física.
El resultado: una versión más humana de sí mismo, donde el cuerpo no impone, cuenta una historia.

El antes y después de Channing Tatum
Roofman llegó a los cines el 6 de noviembre de 2025, y la crítica ya compara su entrega con las de Christian Bale y Matthew McConaughey, aunque con un enfoque más introspectivo.
Más que una transformación corporal, lo de Tatum fue una inmersión total en la mente y el cuerpo del personaje, ofreciendo una interpretación sensible y profunda que marca un nuevo capítulo en su carrera.
Channing Tatum no solo interpretó a Jeffrey Manchester: lo habitó.
Y en ese proceso, redefinió los límites de su cuerpo, su disciplina y su carrera.
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