Fitness

Blíndate frente a los calambres

Los científicos aún no se ponen de acuerdo al 100% en torno a lo que provoca esas terribles molestias que te asaltan a medio entrenamiento o carrera. Esto ha generado que aparezca una multitud de elíxires para prevenirlas. ¿Deberías probarlos?

8 julio, 2024
cómo evitar los calambres

Es un momento que provoca horror entre los atletas de todos los niveles: a mitad de un partido amistoso de basquetbol o justo cuando estás a punto de alcanzar la gloria olímpica, un cuádriceps se engarrota sin previo aviso. Repentinamente, en vez de luchar por el oro o el honor, te retuerces en el suelo esperando que la molestia pase. Desafortunadamente, es algo muy común. Las investigaciones revelan que los calambres afectan a 70% de los corredores y ciclistas. ¿Quién no ha experimentado esta tortura alguna vez?

Creerías que para estas alturas, la ciencia ya habría encontrado una cura. Especialmente dado que los científicos llevan un siglo estudiando la cuestión. En 1932, investigadores del “laboratorio de fatiga” de Harvard viajaron al sitio de construcción de la presa Hoover entre Arizona y Nevada para tomar muestras de los trabajadores que experimentaban calambres por el calor. Notaron que quienes los padecían tenían una menor concentración de sal en la sangre y prácticamente nada en la orina. Los científicos concluyeron, de forma razonable, que los calambres estaban relacionados con la pérdida de agua y sal vía el sudor.

Esta idea, que los calambres se deben a la deshidratación y un desequilibrio electrolítico, ganó gran popularidad. A los atletas les recomendaban que consumieran bebidas deportivas, tabletas de sal y plátanos (fuente de potasio, un electrolito) para aliviar o prevenir los calambres. Los entrenadores también comenzaron a darle jugo de pepinillo a los deportistas. Funcionaba tan rápido que confundía a los científicos. “En nuestro estudio de 2010, encontramos este extraño fenómeno: los calambres cedían con mayor rapidez cuando el sujeto consumía jugo de pepinillo”, dice Kevin C. Miller, Ph.D., ATC, de Michigan University. “Pero esto no se ve reflejado en un cambio en los electrolitos o la sangre”.

En 1997, un investigador sudafricano propuso una teoría que lo explicaba: hay dos categorías de neuroreceptores que actúan como sube y baja para los músculos, y pueden alterarse cuando haces ejercicio de muy alta intensidad. “Un lado le dice a tu sistema nervioso que se relaje. El otro le dice que se active”, explica Miller. “Cuando alcanzas la fatiga, hay un desequilibrio en ese sube y baja que tiende más hacia la excitación”. Miller pensaba que algo en el jugo de pepinillo, quizá el vinagre, provocaba un reflejo nervioso en la boca que luego viajaba a través de la médula espinal y restablecía el equilibrio en el sube y baja. Pero las personas que habían dedicado sus carreras a estudiar la teoría de la deshidratación no cambiarían de opinión fácilmente.

Es difícil replicar un calambre en el laboratorio, y a Miller se le criticaba por el método que utilizaba: aplicar cargas eléctricas al dedo gordo del pie hasta que sufriera un calambre.

Eso no es comparable con los calambres que experimenta un corredor o ciclista que se ejercita durante horas, de acuerdo con el investigador Michael Bergeron, Ph.D. “Que me digas que el sodio no es relevante porque este no cambió en la sangre me dice que no tienes idea de lo que estás hablando”, afirma.

Nada emociona tanto a los académicos como un desacuerdo en torno a una nueva teoría. De un lado, estaban las personas que le creían a Miller y pensaban que se trataba de un proceso relacionado con los nervios. Ese era el equipo neurológico, por ponerle un nombre. Del otro lado, estaba el equipo de la deshidratación, quienes creían que eliminar el concepto de desequilibrio electrolítico era un error. Para complicar aún más la cuestión, una gran parte de los estudios relacionados con la nutrición deportiva está financiada por marcas de bebidas deportivas.

¡El marketing al rescate!

En 2016, apareció en el mercado HotShot, una bebida que busca combatir los calambres. Es una de varias opciones enfocadas en ello, incluido CrampX y Sportlegs, así como varias fórmulas nuevas de jugo de pepinillo. Pero HotShot fue la inspiración detrás de un editorial publicado en un diario académico que generó mucha controversia.

Los creadores de HotShot eran investigadores que compartieron un premio Nobel de química en 2003 y un profesor de neurobiología. Los dos científicos practicaban kayak juntos y tras una ocasión en la que ambos sufrieron calambres, se encontraron con la teoría neurológica y notaron que aplicaba para lo que estaban haciendo. Ambos eran expertos en canales iónicos, los cuales hacen que los nervios y músculos funcionen. Ellos pensaron que si el jugo de pepinillo causaba un efecto de relajación en la boca y el sistema digestivo, podría actuar mediante algo llamado canales TRP. Al activarse, estos causarían una interferencia neuronal en el cerebro que provocaría relajación, digamos, en la pantorrilla.

En sus propias cocinas, estos científicos experimentaron con ingredientes que atacarían a los receptores de TRP, incluidos extractos de jengibre, canela y capsaicina. Probaron la mezcla en sí mismos y en sus familias. Luego, realizaron experimentos donde indujeron calambres de forma similar a las descargas eléctricas de Miller. Después de esto, fundaron una compañía, Flex Pharma, la cual comenzó a comercializar HotShot. En su sitio web, afirmaban que la teoría que ataba a los calambres a la deshidratación estaba equivocada. La realidad, según HotShot es que los calambres se deben a una cuestión neurológica, y el producto podría ayudar.

Esto no le agradó a los expertos en el tema. “Hay teorías conflictivas y nadie sabe cuál es la realidad”, dice Shawn Kane, M.D., un observador neutral en este tema y editor en jefe de Current Sports Medicine Reports. “Que una compañía diga que si bebes un producto no tendrás calambres es algo falso. Tiene una pequeña base científica, pero ellos lo han llevado al extremo”.

Esto no ha disuadido al equipo de HotShot. “Creemos en la ciencia detrás de nuestras afirmaciones”, dicen. “Hemos realizado nuestros propios estudios clínicos que prueban la eficacia del producto y está también el trabajo de Penn State, independiente de nosotros”.

En busca de soluciones inteligentes

Corrine Malcolm, una ultramaratonista y fisióloga, afirma que la disputa en torno a HotShot ejemplifica un problema muy relevante en el mundo de los suplementos. Junto con sus excolegas de Simon Fraser University, acuñó el término “bioplausible” para explicar cómo algunas ideas pasan de “podría funcionar” a “funciona” con demasiada rapidez.

En el caso de HotShot, la teoría tiene bases sólidas, pero la distancia entre los datos y las afirmaciones es algo que preocupa a los científicos. Aunque se promovía como “científicamente probado”, sus propios estudios mostraron una reducción en la intensidad y duración de los calambres, pero no que pudieran evitarse por completo, de acuerdo con Miller.

Sorprendentemente, científicos de ambos lados han encontrado puntos en común, aunque no en torno a una cura milagrosa. Muchos investigadores ahora reconocen que múltiples factores pueden provocar calambres, incluida la falta de entrenamiento, mala calidad del sueño, nutrición pobre, desequilibrio de fluidos, clima e incluso un rango de movimiento limitado.

Bergeron (del equipo de la deshidratación) dice que, generalmente, los calambres entran en diferentes categorías, cada una con distintas causas y métodos de prevención. Miller (equipo neurológico) piensa en ello como un umbral. “Tu receta para los calambres podría ser distinta a la mía”, explica. “Quizá yo me acalambro cuando no duermo bien, no como suficientes carbohidratos y empujo demasiado en el entrenamiento. Si coinciden las tres cosas, sufro de calambres, si sólo se presentan dos, entonces no ocurre”.

HotShot es uno de los patrocinadores oficiales del equipo de ciclismo de Estados Unidos y esperan que los atletas utilicen el producto en los Juegos Olímpicos para prevenir los calambres y sentirse más confiados.

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Bebe

Un problema al evaluar distintos productos es que contienen más de un ingrediente activo. Estos tres tienen respaldo científico detrás de su efectividad: azúcar, vinagre y capsaicina (es lo que produce el picor en los chiles).

Anota

Lleva un registro de cuándo ocurren y anota las posibles causas, incluyendo el calor, la humedad, el tipo de ejercicio, la intensidad, el consumo de líquidos y el descanso, recomienda el investigador Kevin C. Miller, Ph.D.

Estírate

Dormir bien, ejercitarse con regularidad, evitar temperaturas extremas y prevenir el estrés puede ayudar a prevenir calambres. Pero si te ocurre, toma en cuenta que la forma más rápida de aliviarlo es estirar el músculo, de acuerdo con Miller.

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