Salud

Cuando obtener justo lo que quieres no te hace feliz

¿Qué tal si has estado esforzándote para alcanzar los objetivos equivocados? Aquí está tu guía para perseguir cosas que en verdad te hagan sentir bien.

7 octubre, 2025
ilustración de avión de papel volando hacia un bote de basura

¿Alguna vez has alcanzado un objetivo que deseabas desde hace mucho, pero al día siguiente despiertas completamente indiferente? Es posible que al analizar tu vida, te des cuenta de que todo es exactamente como lo querías y de todos modos sentirte insatisfecho. Ese nuevo puesto, récord personal o primer día de casado podrían no ser lo que esperabas realmente. Sin embargo, hay que entender que esto es normal. “Un momento de depresión después de lograr una meta, incluso si es algo por lo que trabajaste muy duro, es algo sobre lo que escucho con frecuencia en mi consultorio”, dice Sophie Mort, psicóloga clínica y experta en salud mental de Headspace.

En 2010, un estudio holandés enfocado en la felicidad estudió este momento de depresión. Los investigadores tenían como objetivo analizar la forma en que variaban los niveles de felicidad de sujetos que se fueron de vacaciones, a comparación de otros que permanecieron en casa. Encontraron que los picos de felicidad no tuvieron lugar mientras se asoleaban en las playas sicilianas, sino en la etapa previa, cuando planeaban el viaje y empacaban. Pensar en el viaje era el lugar feliz en realidad. Múltiples estudios sugieren que el obstáculo entre el sujeto y la satisfacción plena no es el objetivo que tiene en mente, sino la forma en que funciona el cerebro.

En busca de estatus

¿Qué pasa en tu cerebro cuando se disipa la felicidad de lograr algo? Nicole Vignola, neurocientífica y autora de Rewire: Break the Cycle, Alter Your Thoughts And Create Lasting Change, explica que para entenderlo debemos analizar un neurotransmisor: la dopamina. Esta es la sustancia que te motiva a perseguir pequeñas satisfacciones como las que brindan las notificaciones en Instagram o planear un viaje. “Las personas piensan en la dopamina como la molécula de la recompensa, pero en realidad es la molécula de la motivación”, dice Vignola. “Te brinda el impulso que necesitas para trabajar en busca de una recompensa. Lo que suele suceder es que alcanzas lo que buscabas y entonces la dopamina se reduce”. Es por eso que buscar ofertas en Facebook Marketplace puede ser más emocionante que usar la cosa que compraste.

El psicólogo Tal Ben-Shahar le puso nombre a este concepto: la “falacia de la llegada”. Esto tras experimentar sus efectos cuando era un joven y talentoso jugador de squash. Él creía que ganar un torneo le brindaría felicidad duradera, pero sucedía lo contrario: la euforia de ser el mejor era seguida inmediatamente por una sensación de vacío y luego de presión para buscar la siguiente victoria. A esto hay que sumar la tendencia que tenemos los humanos a sobreestimar la intensidad de la felicidad momentánea, un fenómeno conocido como “predicción afectiva”. “Muchas personas viven persiguiendo dosis de dopamina”, dice Vignola. “Creemos que la vida se sentirá ‘completa’ cuando logremos esto o aquello, pero no es eso lo que ocurre”.

ilustración de bolitas de papel
Si el éxito te hace sentir vacío, quizá sea momento de redirigir tus esfuerzos. Foto: Getty.

El foco de atención

La dopamina no es la única molécula responsable por esa felicidad momentánea. También está la serotonina. Cuando tienes un pico, obtienes una sensación de bienestar. Eso ocurre cuando te ríes con tus amigos o reposas en la playa con los dedos de los pies enterrados en la arena. Seguramente has escuchado también sobre las endorfinas, las cuales brindan una sensación de euforía después de entrenar. Todos estos químicos están presentes cuando logras una meta. Pero debido a la fijación que tiene la sociedad actual con la productividad, puede ser difícil disfrutar los efectos realmente. “El problema es que hacemos un énfasis en el futuro”, añade Vignola. “Así que cuando tienes esa combinación de hormonas, en vez de hacer una pausa y disfrutar el momento, es fácil pensar ‘ok, ¿qué sigue?’”.

Detrás de esta foma insaciable de ver las cosas hay una promesa similar a las aspiraciones del tipo “nuevo año, nuevo yo”: la expectativa simplista de que tener un propósito lo cambiará todo. “Quizá creas que cuando alcances el objetivo en cuestión te sentirás distinto, pero la realidad es que cuando llegas ahí, eres la misma persona, con las mismas preocupaciones e inseguridades”. Algo que puede ocurrir es que al enfocarte por completo en visualizar el éxito al que aspiras, digamos un nuevo puesto que viene con una gran oficina o la medalla de una carrera colgada en el cuello, puedes hacer a un lado los aspectos negativos y esto, a la larga, impacta tu sensación cuando llegas al objetivo. Por ejemplo, enfocado en el avance profesional, podrías ignorar el hecho de que el nuevo puesto viene con más horas de trabajo, es decir, menos tiempo con familia y amigos. Así que cuando obtienes la oficina que querías, no eres tan feliz como esperabas.

Sara Kuburic, piscoterapeuta y autora de It’s On Me: Accept Hard Truths, Discover Your Self, And Change Your Life, está de acuerdo. “Obtener el aumento no hará que dejes de cuestionar el significado de tu vida”, dice. Si materializas un sueño, es normal que la sensación inicial de emoción se vaya reduciendo. Pero en algunos casos, lo que viene después puede ser una sensación de vacío que los expertos llaman “depresión poslogro”.

¿Lograste algo y te sientes inconforme? No eres el único. Foto: Getty.

Valor añadido

Todo esto puede sonar muy negativo, pero el punto no es desanimarte. Perseguir un sueño no tiene que terminar mal necesariamente. En algunos casos, simplemente es una cuestión de redirigir tus esfuerzos. “Nuestras acciones y nuestros éxitos solo nos acercarán a la felicidad si están alineados con las personas que somos”, dice la Dra. Kuburic. Así que si te descubres palomeando logros tras los cuales la satisfacción desaparece instantáneamente, quizá no te has tomado un momento para averiguar qué es lo que realmente quieres. En términos simples: podrías estar intentando llevar una vida que haga felices a otras personas.

Para ilustrar lo anterior, la Dra. Kuburic brinda un ejemplo. “Tenía una amiga que mientras estaba en la escuela, planeaba convertirse en psicóloga, pero su familia quería que fuera abogada, así que decidió estudiar leyes. Ahora es muy exitosa en el ámbito legal, pero siente como que sus logros no tienen significado. Aún desearía ser terapeuta ya que los logros que ha conseguido no están alineados con la persona que es”.

Para determinar qué es lo que te hace feliz en realidad, la Dra. Kuburic recomienda analizarte a ti mismo como si fueras una persona con la que estás saliendo. “¿Qué tipo de cosas observarías o preguntarías?”. Para Vignola el primer paso es determinar cuáles son tus valores, las cualidades fundamentales que más te importan, tales como seguridad, aventura, comunidad, liderazgo o incluso estatus. Si las identificas, es más fácil que notes cuando las cosas hacia las que están apuntando otros no te mueven a ti realmente.

Ya no más

No tener claros tus valores no es la única causa de insatisfacción. Si estás seguro de que vas por el camino correcto, pero aún así tienes problemas para sentirte pleno, el mecanismo neurológico que está restringiendo tu felicidad podría ser la apreciación. “Los seres humanos tendemos hacia una perspectiva negativa”, señala Vignola, y añade que esto es algo evolutivo. Pero esto es algo en lo que se puede trabajar. Primero, debes recordarte a ti mismo que existe una cosa tal como el pesimismo y que puedes optar por hacerlo a un lado y dejarte sentir alegría tras lograr algo. “En la vida ocurren muchas cosas positivas, pero a veces no estamos poniendo atención”, dice la Dra. Kuburic. “Muchos de nosotros tenemos un filtro que deja fuera lo positivo y nos hace enfocarnos en lo negativo o en la siguiente cosa que nos hará felices, en vez de la que está ocurriendo en el momento”.

Si continúas batallando con este tipo de sentimientos negativos, Vignola sugiere que pases más tiempo haciendo cosas que te hacen sentir bien, como ejercitarte o convivir con amigos, y menos haciendo las que brindan insatisfacción como revisar tus redes sociales.

¿Cuáles serían los consejos finales de la Dra. Kuburic para cualquiera que esté interesado en perseguir satisfacción duradera en vez de una serie de pequeños objetivos que resultan decepcionantes? “Primero, se vale cambiar de opinión; es válido sentirse insatisfecho y querer algo distinto”, insiste. “En segundo lugar, conforme vas cambiando y evolucionando, también lo harán las cosas que te hacen feliz, así que asegúrate de mantener tu curiosidad y flexibilidad. Número tres: no solo eres capaz de cambiar, sino que eres responsable por ese cambio y por vivir la vida que quieres”.

Si te quedas con solo una cosa después de leer este artículo que sea esta: la gloria que viene con alcanzar el escalón más alto es algo que la sociedad idealiza, pero el logro más grande de todos es llevar una vida de la cual tú te sientas orgulloso.

Getty

Cómo establecer objetivos que te hagan feliz

Lo primero es decidir con cuidado hacia dónde apuntar. La psicóloga Sophie Mort tiene una estrategia que puede ayudarte.

No te obsesiones con una sola meta

Tener múltiples te asegura que siempre estés progresando. Si te enfocas en una sola cosa, el trabajo, por ejemplo, cuando no haya un avance ahí, tu identidad entera se sentirá bajo amenaza. En vez de eso, piensa en varias áreas (relaciones, salud, carrera, crecimiento personal). Define tus valores en cada una y establece múltiples objetivos pequeños: “Esta semana haré ejercicio dos veces, participaré en una actividad social y tomaré una clase”.

Prioriza los aprendizajes

Los objetivos basados en aprendizaje son más flexibles y satisfactorios, además de que estimulan la creatividad. Por ejemplo. “Aprender a disfrutar el running” es más sostenible que apuntar a un tiempo específico en una carrera. “Enamorarme de la cocina”, en vez de “Perder 10 kg”. La motivación intrínseca, es decir hacer una actividad por satisfacción interna, en vez de por el resultado externo, es más efectiva para desarrollar buenos hábitos.

Celebra las pequeñas victorias

Dado que estamos diseñados para obtener recompensas por el proceso y no solo el resultado, tener pequeñas metas intermedias mejora la autoestima. Por ejemplo, si tu objetivo es escribir un libro, celebrar haber terminado un capítulo puede mantenerte enfocado y brindarte una perspectiva positiva. Piensa en cuáles son tus pequeñas victorias al terminar el día.

Deja ir las metas que ya no te funcionan

Aferrarte a objetivos que no son realistas puede generar estrés y reducir la motivación. Lo mismo con los objetivos que no son realmente tuyos, aquellos que te han sido impuestos por familiares, amigos o las expectativas de la sociedad. Estos generan frustración porque en tu fuero interno, realmente no tienes deseos de alcanzarlos. Pregúntate: “¿Esto está alineado con mis valores y prioridades?”. Si no, date permiso de dejarlo ir.

¿Ya te suscribiste al Newsletter de Men’s Health México y Latinoamérica? 

Haz click aquí y recibe las mejores rutinas, consejos para bajar de peso, recomendaciones de salud y todo el contenido que necesitas para ser la mejor versión de ti.

Síguenos en nuestras redes socialesInstagramFacebookX (Twitter) y Threads

Go back

¡Gracias por suscribirte!

Ya formas parte de la comunidad más grande e influyente de apasionados del fitness, la salud y el estilo en México y Latinoamérica.

Dale potencia a tu bandeja de entrada

Regístrate para obtener entrenamientos para desarrollar músculos, consejos de expertos para perder peso y planes de comidas nutritivas, enviados a tu correo electrónico cada semana.

Warning
Warning
Warning.