Hombre de Portada: La hora de Miguel Layún

Para muchos deportistas profesionales, el retiro marca el ocaso de sus vidas productivas y los condena a vivir de glorias pasadas. No es el caso de Miguel Layún. Sus intereses, talentos y aspiraciones van mucho más allá de los límites de la cancha. Hablamos con él sobre su trabajo al frente de la Kings League, su estilo de vida y aquello con lo que sueña a futuro. Una cosa está clara: lo mejor está aún por venir.

Cara a cara con Miguel Layún, “El Presi”

¿Quién es Miguel Layún? Algunos responderán de inmediato que se trata del 7 de la selección mexicana, un doble mundialista aguerrido, con personalidad y buena técnica individual. Para otros, Layún es indiscutiblemente el 19 del América, aquel hombre que en una dramática noche lluviosa en la cancha del estadio Azteca acertó el penal que le dio el undécimo campeonato al equipo y, una década más tarde, se despidió del futbol profesional en condiciones similares: ganando una final en casa, la decimocuarta de Las Águilas, ante una afición desbordada.

Hay un tercer grupo, compuesto por los más jóvenes. Quizá tengan una vaga noción de la trayectoria y palmarés de Miguel Layún, pero para ellos, antes que otra cosa, se trata de “El Presi”, el hombre que encabeza la versión latinoamericana del fenómeno global de la Kings League.

En caso de que tengas más de 30 años, o simplemente no hayas estado prestando atención, aquí va en pocas palabras: la Kings League es una liga de futbol 7 que ha combinado de forma exitosa el balompié con el streaming. Es el matrimonio perfecto entre el deporte y el mundo digital. Se compone de una docena de equipos, presididos por futbolistas y personalidades del internet e incluye reglas que difieren de aquellas que se implementan en el futbol que conoces. Un ejemplo son las “armas secretas” (una de ellas permite que los goles valgan el doble durante cuatro minutos, otra que un jugador en particular, denominado “Jugador Estrella”, reciba este beneficio, entre otras).

A finales del año pasado, Miguel se convirtió en presidente de la Américas Kings League. Es un rol que le queda como anillo al dedo. Tiene una trayectoria extraordinaria en el futbol, es un apasionado del mundo digital (más abajo relata su historia como gamer) y cuenta con grandes dotes de empresario. Resulta complicado pensar en un mejor perfil para el puesto. 

Una revolución en el futbol

“¿En verdad es un fenómeno tan grande la Kings League?”, podrías preguntarte ahora mismo. Más allá de los números, que son espectaculares, el impacto se percibe literalmente en las calles. Mientras retratábamos a Miguel para esta historia, se acercó un momento a la ventana del segundo piso en el que nos encontrábamos. Le tomó menos de cinco segundos a un grupo de adolescentes que caminaban por la calle reconocerlo. La mayoría de ellos estaban por nacer cuando Miguel se convirtió en el primer mexicano en la Serie A tras fichar con el Atalanta. Cuando ganó su primer título con el América, y un año después, cuando se puso la verde en Brasil 2014, estaban apenas en preescolar. La conexión, sin embargo, es inmediata y esto es gracias al internet. “Eso me ha sorprendido muchísimo”, cuenta Miguel sobre su experiencia en este nuevo rol. “Que un tema tan disruptivo tenga tanto engagement en el día de hoy. Revisamos las estadísticas constantemente y ver que estamos por arriba de ligas profesionales en cuanto a engagement y recepción de la comunidad a mí me resulta increíble. Ver que esto está empezando a cambiar las reglas es sumamente interesante”.

Yo juego futbol desde que tengo uso de razón y sabía que el fitness era crucial en los objetivos que yo quería alcanzar, pero hoy en día, pasa más a ser un tema de salud.

Algo que es evidente de inmediato al charlar con él sobre este tema es la profundidad con que aborda la cuestión. No es alguien que llegó de casualidad a un puesto gerencial y está ahí simplemente para cobrar un sueldo y tomarse fotos, está claro que ha reflexionado mucho sobre las implicaciones de su trabajo y el impacto que este puede tener. “Creo que es inevitable que la gente que dirige el futbol entienda que las nuevas generaciones necesitan cosas distintas”, explica. “Lo digo abiertamente, para mí el futbol es entretenimiento. Sí, es un deporte. Sí, es competición. Pero se debe a la gente, ellos van a ver espectáculo, a divertirse y pasar un buen rato. Las generaciones cambian y lo que para alguien antes era sumamente atractivo como ir a pararte a un estadio de futbol a ver un partido de 90 minutos, tal vez para las nuevas generaciones no lo sea. Yo me acuerdo de cuando tenía 12 o 13 años. Yo soy de Córdoba, Veracruz, y viajar un fin de semana para ver un partido en el Pirata Fuente era la mejor cosa del planeta. Hoy los niños y los jóvenes están creciendo con otra cosa que los va orillando a nuevos horizontes y está bien. El tema es cómo nos adaptamos todos los que somos de generaciones previas y creo que eventualmente el futbol va a tener que cambiar algunas cosas, no tanto por gusto, sino por necesidad”.

Miguel es consciente de que hay gente que no está de acuerdo con la irrupción de este nuevo formato en el panorama futbolístico, pero sabe también que la resistencia al cambio es algo frecuente en todas las industrias. “Está bien defender tus creencias y lo que para ti está bien, pero hay que entender que tenemos que coexistir y aunque seas purista, entiendes que hay evolución. Es como si creyéramos que tenemos que seguir andando en caballo porque no estamos de acuerdo con los autos. Hay que evolucionar y es parte del proceso de la humanidad, es natural. Que no pierda la esencia, eso para mí es clave, pero el resto lo vamos evolucionando”.

La salud es la base de todo

Estamos ya en pleno otoño así que mientras charlamos, Miguel Layún luce un suéter y jeans. Sin embargo, es evidente que debajo del atuendo casual, y de los trajes que luce frecuentemente, se encuentra un hombre que cuida su físico y entiende el valor que este tiene no sólo en el alto rendimiento, sino en la salud. “Incluso retirado, no dejas de tener una mentalidad de atleta y el cuerpo es indispensable. ¿Cómo se ve el fitness ahora en tu vida?”, le pregunto. “Ha sido un reto muy difícil porque, sinceramente, cuando vives tantos años por y para tu cuerpo y para el deporte, de repente es natural querer desintoxicarte un poco”, cuenta. “Yo juego futbol desde que tengo uso de razón. No salía de fiesta, no me desvelaba, no tomaba alcohol. Sabía que el fitness era crucial en los objetivos que yo quería alcanzar. Hoy en día, pasa más a ser un tema de salud. Es entender que para el cuerpo es sumamente importante moverse. Para mí, estar fit es sinónimo de salud”.

Si bien lo físico es lo que salta a la vista, en MH tenemos claro que la salud también se manifiesta en el aspecto mental y para Miguel, tener espacios y momentos de relajación es clave para evitar que el estrés lo domine por completo. Es ahí donde entra el gaming, algo que además está emparentado con la cultura del streaming, una de las claves de su trabajo actual. “Siempre fui gamer. Me acuerdo desde muy chico jugando al NES, intentando pasar el Mario desde que tenía ocho años. Es algo en donde fui encontrando un espacio de esparcimiento. Hay quien lo busca en una fiesta o una reunión, a mí me gustaba aislarme un poco del mundo y pasar un par de horas jugando videojuegos. Era un lugar para descomprimirme, relajarme. Eso junto con el golf. Hay veces que tengo semanas muy cargadas de trabajo, termino de dormir niños, ceno con mi esposa y le digo ‘amor, hoy necesito desconectar’. Tengo un bunker en mi casa donde hay una PC gamer, me bajo y me pongo a jugar hasta que no doy más”.

Creo que la esencia de la persona es lo más importante y la moda y joyería son un reflejo de la personalidad que tiene cada uno.

Si también eres gamer, es posible que te hayas encontrado alguna vez compartiendo una partida con él, lo sepas o no. “Es muy curioso”, dice sobre ser reconocido en línea. “La gente te empieza a gritar ‘¡Ey, Layún, te voy a ganar!’. Es muy divertido. En Call of Duty, ya empiezan a conocer mi tag y la pasa uno muy bien”.

La clave está en la autenticidad

El mundo del futbol está cada vez más conectado con el de la moda, con jugadores que se interesan cada vez más en su imagen personal fuera de la cancha y están dispuestos a invertir en ello. Si bien hay múltiples ejemplos de decisiones cuestionables en este sentido, también hay figuras que de forma consistente demuestran un buen ojo para el estilo y una gran atención al detalle. Miguel es uno de estos últimos. “Creo que la esencia de la persona es lo más importante y la moda y joyería son un reflejo de la personalidad que tiene cada uno”, afirma. “A mí me encanta ser auténtico. Hay veces que despierto en la mañana y me siento muy cómodo con algo oversized y una pieza de relojería más casual. Hay días que tengo ganas de vestirme mucho más elegante con un pantalón y una camisa. Para eso, escojo una pieza que vaya acorde a ello, algo más sutil, en acero, que pueda verse en sintonía con la ropa que tengo. Dependiendo del tipo de ropa y el reloj que traigo puesto, la gente que me conoce ya sabe de qué humor estoy”.

Si has estado pendiente de nuestras ediciones, sabes que aquí somos grandes aficionados de la relojería, así que naturalmente sentimos una gran afinidad con su forma de pensar. Para nosotros, los relojes son mucho más que instrumentos para llevar una contabilidad del tiempo y “El Presi” está de acuerdo. “Es algo que sí suelo notar en alguien y muchas veces incluso se presta como tema de conversación. Hay piezas que son muy exclusivas y muchos buscamos y cuando alguien la trae, de ahí nace una conversación. Es algo que proyecta. Es una manera de hablar sin tener que emitir ninguna palabra. Yo soy un fan ferviente del Spirit of Big Bang de Hublot. Para mí es suficientemente cómodo y exclusivo como para que cuando llegues a algún lugar, la gente te voltee a ver y diga ‘es alguien que sabe’”.

Miguel Layún: pasado, presente y futuro

¿Qué sueño le falta por cumplir a un hombre que se convirtió en futbolista profesional, acudió a dos mundiales, militó en Europa y jugó Champions League? “Mi sueño actual es ser un empresario exitoso”, cuenta. “Creo que estoy en pañales en esta nueva etapa en mi vida. Intento rodearme de la gente correcta y me encantaría voltear, como pasó en el futbol, y decir ‘hoy soy un empresario exitoso’”.

Esto no es algo que se le haya ocurrido hoy, es una visión que lleva consigo desde la infancia, sólo que ahora tiene el tiempo para enfocarse en ella. Para ilustrarlo, nos cuenta esta historia: “Córdoba es un pueblito y cuando tenía unos 10 o 12 años, había una tienda comercial muy grande en Veracruz. Mis papás iban de vez en cuando a hacer un súper más robusto. Empecé a ir con ellos y veían que compraba una caja de chicles. Me decían ‘¿Qué haces? Cómprate un chicle nada más’. Yo decía ‘No, es que en la escuela muchos queremos chicles entonces yo los vendo’. Saqué cuentas, cuánto me costaba la caja y en cuánto lo podía vender. El mundo empresarial y el emprendimiento era algo que me gustaba mucho”. Ahora, da un salto al presente y el futuro: “Ahí estamos, con varios emprendimientos y con la ilusión de hacer cosas que de verdad dejen huella y que cambien para bien muchas situaciones. Ya próximamente se enterarán de un par de ellas”. Antes de despedirnos, nos comparte un sueño más, el más importante de todos: “Para mí es un sueño hacerme viejito con mi esposa y ver a mis hijos realizados. Cada vez que los regaño o los corrijo, no es con otro objetivo más que encaminarlos para que puedan estar preparados para la vida que hay afuera y que puedan alcanzar sus metas”. Esos niños llevan la determinación, disciplina y pasión de su padre en la sangre. Seguramente conseguirán cualquier cosa que se planteen.

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