Lo que más comemos en fin de año y cómo acompañarlo
El pavo sigue siendo el rey de las cenas decembrinas, y hay una manera perfecta de acompañarlo con sabor, historia y equilibrio.
Cuando llega diciembre, la mesa mexicana se convierte en un homenaje a la tradición. En cada platillo hay recuerdos, conversaciones y la emoción de volver a compartir. De acuerdo con el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), el 29 % de los mexicanos elige el pavo como el platillo principal de sus cenas de fin de año, superando a los tamales (14 %) y a la pierna al horno (10 %).
El pavo se ha ganado su lugar como el favorito de la temporada porque representa mucho más que un alimento: es símbolo de celebración, unión y familia. Su sabor neutro y su textura versátil lo convierten en un lienzo para los sabores mexicanos: desde rellenos con frutas secas hasta glaseados con especias y miel. En cada casa, el pavo tiene su propia historia.
Pero una mesa navideña no se trata solo de comida; se trata también de acompañar esos sabores con algo que los realce. La cerveza Noche Buena, con su perfil tostado y notas de caramelo, se ha consolidado como una de las mejores aliadas del pavo y de los platillos tradicionales de la temporada. Su equilibrio entre amargor y dulzor complementa la grasa natural de las carnes y potencia los matices de cada receta.

Este año, la chef Lula Martín del Campo, en colaboración con Noche Buena —parte de la familia Bohemia—, propuso un menú que rinde homenaje a los sabores clásicos desde una visión contemporánea. “La cocina mexicana siempre está viva; cambia, se adapta y, aun así, mantiene un hilo que nos conecta”, explica la chef. Esa conexión es la que inspira cada platillo de su menú especial para las celebraciones de fin de año.
En esa selección, el bacalao a la vizcaína recibe una reinterpretación moderna que conserva su esencia salada y profunda. Se marida con Bohemia Cristal, cuya ligereza equilibra los sabores intensos y aporta un frescor ideal. Es un ejemplo de cómo los clásicos pueden evolucionar sin perder su alma.

Otro de los favoritos es la Sopa de Jitomate Rostizado con chorizo crujiente, queso de cabra y romero, una receta que abraza la calidez del invierno. Su mejor compañía es Bohemia Pilsner, una cerveza que resalta la acidez natural del jitomate y las notas herbales del romero, logrando un balance perfecto entre frescura y sabor.

Para quienes prefieren los sabores más robustos, el cerdo glaseado con puré de papa encuentra en Noche Buena su pareja ideal. Su cuerpo medio y sus notas tostadas crean una armonía natural con los tonos dulces del glaseado y la suavidad del puré, haciendo de este plato una experiencia redonda.

Y porque toda celebración merece un cierre a la altura, el Mousse de chocolate abuelita con especias de temporada se eleva con Bohemia Vienna, que con su toque maltoso y dulzor sutil acompaña las notas de cacao y canela del postre. Una combinación que deja en el paladar la sensación de calidez y satisfacción que solo diciembre puede ofrecer.

Así, entre tradición y renovación, las mesas mexicanas siguen demostrando que lo que comemos en fin de año no solo nos alimenta, sino que nos une. Y que hay sabores —como el del pavo y una buena cerveza Noche Buena— que siempre merecen repetirse.
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