¿Tienes pene de carne o de sangre? Aquí la diferencia real
Descubre qué tipo de pene tienes, cómo cambia con la edad y si esto afecta o no tu vida sexual (spoiler: relájate).
Todos tenemos preguntas existenciales: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos? Y si tienes pene, puede que alguna vez te hayas preguntado: ¿será de sangre o de carne?
Aunque suene a dilema medieval o a técnica de cocina, se trata de una clasificación informal sobre cuánto cambia el tamaño del pene entre su estado flácido y erecto.
La diferencia está en el cambio de tamaño
Un pene de carne es aquel que ya luce más o menos como su versión erecta incluso en reposo. Es decir, no cambia mucho. Por el contrario, un pene de sangre pasa de modo compacto a expansión sorpresa, estilo “antes y después” de telenovela.
Pero, ¿importa esta diferencia? Según la ciencia, no tanto. No hay evidencia de que tener un pene de sangre o de carne afecte tu vida sexual, tu rendimiento o tu salud. Todo sigue funcionando perfectamente en ambos casos.
Lo que dice la ciencia
Un estudio realizado en 2018 con 274 hombres los clasificó según cuánto crecía su pene al estar erecto. Si aumentaba 4 cm o más, era de sangre; si menos de eso, de carne.
En promedio, los penes de sangre crecían 5.3 cm y los de carne, 3.1 cm. Pero lo interesante es que los primeros eran más comunes entre hombres más jóvenes: promedio de 47 años frente a 55 en los de carne.
Al envejecer, el pene puede perder algo de elasticidad y flujo sanguíneo. Esto afecta cuánto se expande al tener una erección. Es decir, tu pene puede empezar como de sangre en la juventud y volverse de carne con los años. No es drama, es biología.
¿Cómo saber cuál tienes?
La regla (literalmente) es simple. Mide tu pene flácido desde la base hasta la punta. Luego haz lo mismo en erección. Si la diferencia es mayor a 4 cm, tienes un pene de sangre. Si es menor, es de carne. ¿Y si estás justo en el 4? Felicidades, equilibrio total.
Antes de que des una vuelta olímpica de celebración, esto puede cambiar con el tiempo. Con la edad, el colágeno y las fibras elásticas disminuyen, y eso influye en la capacidad del pene de expandirse. Además, la testosterona también baja, lo que puede reducir ligeramente el tamaño en general.
¿Afecta el tamaño final?
Según el estudio, sí había una diferencia. En erección, los penes de sangre medían en promedio 15.5 cm, frente a 13.1 cm en los de carne. Pero esto no se traduce en “mejor” o “peor”. El tamaño no predice satisfacción sexual.
¿Influye en tu vida sexual?
Directamente, no. Pero indirectamente, podría. Un estudio de 2016 con más de 4,000 hombres reveló que muchos estaban más insatisfechos con su tamaño flácido que con el erecto. Esto, a su vez, impactaba en su actividad sexual.
Si alguien se siente inseguro por el aspecto de su pene, eso sí puede afectar su vida sexual. En esos casos, hablar con la pareja o un profesional puede hacer una gran diferencia. Spoiler: la seguridad en uno mismo es el verdadero afrodisíaco.
Lo que realmente importa
Tener un pene de sangre o de carne es simplemente una característica más, como tener el cabello rizado o lacio. No define tu salud, tu virilidad ni tu valor. Y mucho menos tu potencial en la cama.
Así que, si eres de carne, de sangre o mixto como combo de taquería, lo importante es que estés sano, te sientas bien contigo mismo y sepas que la ciencia ya dejó claro: lo que más importa no es cuánto cambia, sino cómo lo usas (con respeto y consentimiento, claro).
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