Cómo encontrar equilibrio entre el trabajo y la vida personal
Cada vez son más las empresas que piden a sus empleados que vuelvan a la oficina. Acostumbrados a la libertad del home office, estos últimos tienen sus reservas. La buena noticia: es posible hallar un punto medio.

Antes de que el covid pusiera todo de cabeza, el trabajo era algo a lo que uno acudía cinco días por semana, ocho horas cada vez. Una cosa era la oficina y otra la vida personal y de repente ¡Bam! Experimentamos el mayor cambio en el ámbito laboral en un siglo.
El trabajo se volvió la vida y la vida el trabajo. Todo se revolvió. Antes se pensaba en estas cosas como entes separados que había que equilibrar. Ahora, están tan enmarañadas que asignarles un espacio a cada una resulta complicado.
Ha pasado un lustro ya desde que arrancó la pandemia y, como era natural, muchas empresas están haciendo esfuerzos por volver al modelo previo. Esto nos brinda la oportunidad de replantearnos nuestra relación con ambas cosas y hacer que este nuevo equilibrio nos funcione mejor que lo que había antes. Así puedes hacerlo.
Elimina la dicotomía
“Equilibrio entre trabajo y vida privada” es algo de lo que hemos hablado todos desde hace 40 años, pero quizá no esté bien planteado en realidad. “No es trabajo-vida”, dice Bill Burnett, cofundador y director ejecutivo del Life Design Lab de Stanford. “Es vida-vida”. El objetivo debería ser tener una vida que incluya un buen trabajo”. De acuerdo con Burnett, hay que apuntar “hacia la coherencia”. Lo primero que sugiere es que escribas de forma breve lo que el trabajo significa para ti y lo que esperas obtener de él. ¿Dinero? ¿Satisfacción? ¿Motivación? Luego, escribe cómo ves tu vida: lo que valoras, el rol que juegan las relaciones y la importancia de la espiritualidad para ti, si es que la tiene. Si lo primero que escribiste encaja con lo segundo, estás siendo coherente. Si no, empieza a tomar decisiones que te permitan alinear estas cosas. Por ejemplo: cambiar tu horario de manera que puedas ir a los partidos de futbol de tus hijos.
Deja atrás la seudoproductividad
Las notificaciones constantes de Slack, ese correo no leído que permanece en tu bandeja de entrada y cuya existencia te tortura. Estas cosas hacen que sea imposible escapar del trabajo. Pero, ¿en verdad estás haciendo algo importante al responder? Probablemente no. La seudoproductividad, es decir la idea de que “las cosas que nos mantienen ocupados nos hacen sentir como que estamos haciendo algo útil” no es nueva, según explica el escritor Cal Newport. Pero ahora somos localizables en todo momento, es decir que somos esclavos de la seudoproductividad incluso en casa. “Ahora que los dispositivos nos acompañan a donde vamos, siempre tienes la posibilidad de demostrar que estás activo”. En vez de utilizar simplemente la actividad como métrica, él recomienda un enfoque basado en resultados. Puedes lograr más en menos tiempo si esperas a terminar una cosa antes de enfocar tu atención en otra. “Si puedes, atiende tus correos y alertas durante horas predeterminadas en la oficina, en esos momentos donde puedes enfocarte en varias cuestiones a la vez”.
Diversifica tu identidad
Lograr que la vida y el trabajo se complementen bien es imposible si eres lo que haces. “Durante las últimas décadas, cosas que ofrecían un significado, una identidad y propósito a las personas, como la religión organizada y los grupos comunitarios, han ido a la baja”, explica Simone Stolzoff, autora de The Good Enough Job. “Conforme esas instituciones se han desintegrado, muchas personas han acudido a sus trabajos en busca de identidad”. Al apostar tanto por nuestras identidades en el trabajo, dejamos de hacerlo por nuestras otras identidades. “Somos más que sólo trabajadores. Somos amigos, padres, vecinos, viajeros, ciudadanos, artistas, etc”. Las investigaciones muestran que los trabajadores que tienen una identidad más completa tienden a ser más resilientes al enfrentar eventos estresantes. Esto puede mejorar también su productividad. Stolzoff recomienda tratar tu propia identidad personal como harías con tu trabajo. “Cada una de esas identidades requiere tiempo y atención”, explica. “Piensa en ello como una inversión”.
Encuentra tu poder de decisión
Burnett recomienda que logres recuperar tanta autonomía como sea posible. “Lo que nos hace sentir humanos es nuestra capacidad de elegir. Así que encontrar momentos donde puedas ejercer esa libertad, incluso dentro del trabajo, puede hacerte sentir como que estás ejerciendo tu humanidad”, explica. Quizá no puedas ganar la guerra, pero definitivamente puedes elegir tus batallas, ya sea que eso signifique tomarte un descanso de cinco minutos cada hora para pararte y estirarte, negociar horarios con tu jefe o convertir algún hobby en un negocio paralelo.
Piensa si el trabajo es una excusa
Se estima que hasta un tercio de las personas se consideran adictas al trabajo. Es decir que incluso si se les presentara un equilibrio distinto entre vida y trabajo, probablemente optarían por privilegiar a este último. Si bien es cierto que el trabajo puede generar una cascada de dopamina, “esta adicción es como cualquier otra. No es buena para tu salud física o mental”. Hasta que atiendas los problemas que impactan a tu vida personal, el trabajo seguirá siendo aquello a lo que acudes para evitarlos. “Imagina que tienes una relación problemática, con situaciones que no quieres afrontar y la única área de tu vida en la que te sientes apreciado es la oficina”, dice y explica que notar que te estás automedicando con trabajo es una oportunidad de atender los problemas que estás ignorando. Eso no sólo te ayudará en tu vida personal, sino que te permitirá trabajar con más claridad y tranquilidad.
Un hombre que lo vive a diario
¿Quién mejor para hablar del equilibrio entre vida privada y laboral que Dan Erickson, creador de Severance, la serie en la que el trabajador y la persona que es fuera de la oficina no se conocen? Esto es lo que nos dijo.
Tengo un trabajo que me consume y a veces puede sentirse como una adicción. Llega un punto en que has lidiado con una cosa tanto tiempo que la ausencia de la misma te pone ansioso. Así que definitivamente no he hallado la respuesta todavía. Lo que me ha facilitado las cosas es la familia que se ha formado en el trabajo. En la serie ves eso cuando están en la oficina: hay otras personas ahí que están pasando por lo mismo y puedes hablar con ellas al respecto. La villana de la serie, Harmony Cobel, es quien dice lo siguente: “¿Sabes qué es lo que hace la diferencia? La gente”. Hay algo de cierto en eso. Aunque en Severance el concepto de la familia en el trabajo se usa para subyugar a las personas, he desarrollado un gran aprecio por aquellos que trabajan en la serie y hablar con ellos es algo que me ayuda mucho. Constantemente debemos buscar esas cosas que nos recuerdan que somos humanos. Eso es lo que encuentro en mis colegas y me siento muy agradecido por ello.

Créditos adicionales:
Styling de props: JJ Chan/B&A. Apertura: Zapato de Cole Haan
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