Buildering: la escalada urbana que desafía tus límites
¿Has escuchado sobre el “buildering”? Se trata de una subcultura que toma elementos del bouldering y la escalada deportiva para aplicarlos en ambientes urbanos. En MH decidimos probarlo.

Estoy sosteniéndome entre dos paredes separadas por 50 cm. La presión que ejerzo sobre el muro que tengo enfrente es lo que evita que me deslice hacia abajo. Aunque la caída es de unos 3.5 m nada más y hay una pequeña colchoneta abajo, sé que si resbalo ahora mismo aterrizaré directamente con el trasero. Nadie quiere ver eso, ni yo ni los transeúntes que miran, extrañados, mientras un hombre descalzo escala una estructura metálica. Es jueves a mediodía en uno de los vecindarios más concurridos de Londres. A mi izquierda está la Catedral de San Pablo y, a la derecha, el Millennium Bridge.
Mis coaches del día de hoy, Alexander Norden y Bobby Gordon-Smith, están a cargo de un perfil de Instagram llamado London Buildering (@buildering.london). La palabra proviene de la combinación entre “bouldering” y “building” y describe muy bien lo que ocurre aquí: los atletas recorren las fachadas de edificios y otros elementos arquitectónicos usando técnicas y equipo provenientes de la escalada deportiva y el bouldering.
La distinción entre el buildering y el parkour es un tema sujeto a debate. Desde mi perspectiva, es más una cuestión de humor y disposición que de reglas definidas. El término buildering puede rastrearse al siglo XIX cuando un alpinista británico creó una guía para escalar los edificios de Trinity College en Cambridge. Desde entonces, escaladores urbanos de todas latitudes han documentado sus ascensos en monumentos y rascacielos, en ocasiones con consecuencias fatales.
Por supuesto, cualquiera que quiera probar con esto debería hacerlo con guías experimentados, equipo de seguridad adecuado y un entendimiento claro de las consecuencias legales y éticas de lo que va a hacer. La naturaleza de la actividad implica que los riesgos no son sólo para ti, sino para las personas que te rodean también.
Mientras nos preparamos para el primer ascenso del día en el Barbican Estate, un complejo residencial, le pregunto a Álex cómo llegó a este mundo. Me cuenta que no era capaz de satisfacer su deseo de enfrentar grandes retos en el gimnasio de bouldering y, dado que los mejores sitios para escalar en roca están lejos de aquí, el buildering fue la solución perfecta.

No tomes las escaleras
El sistema de clasificación en el buildering proviene de la escalada. También la forma en que se nombran las rutas, la cual emplea desde conceptos obvios (como la ubicación) hasta otros que resultan absurdos (aquellos que requieren largas explicaciones relacionadas con física cuántica o griego antiguo). El primer sitio al que nos dirigimos se llama Chirality (“quiralidad” en español), y pertenece, evidentemente, al segundo grupo.
Alcanzo a ver una chimenea y una escalera de caracol que la rodea. Esto conduce hacia un estacionamiento subterráneo. En el camino hay una reja y, buscando impresionar a mis tutores, la salto con facilidad.
Llegamos al “problema” (la palabra en el bouldering para decir ruta) en un piso que se encuentra a la mitad del descenso por la escalera. Lo que debo hacer es sujetar el borde de una pared, subir usando mis dedos y luego aplicar fuerza en dos direcciones para mantenerme sujeto entre dos paredes que conducen hacia el nivel de la calle. Parece difícil en teoría, y en la práctica se siente imposible.
Bobby y Alex me dan varios consejos, pero a pesar de que tengo puestos zapatos diseñados específicamente para escalar, no soy capaz de completar la ruta y requiero asistencia de Bobby, quien también es coach certificado de gimnasia, para lograr bajar con cuidado hasta la colchoneta.
Conforme avanzamos al siguiente punto, les pregunto por el grado de dificultad de Chirality. Me dicen que es un V1. En teoría, cualquier cosa debajo de V2 es considerada una ruta para principiantes. Que haya tenido dificultades aquí no es una buena señal para el resto del día.

Practicamos en algunos sitios más alrededor de este complejo con diversos niveles de éxito. Todos me desafían de distintas maneras, desde retar a mi fuerza de agarre hasta poner a prueba mi explosividad para saltar de un lugar a otro. También tengo que adoptar posiciones incómodas y esto me hace comprender la importancia de la movilidad en esta disciplina, particularmente en la cadera. A pesar de intentarlo varias veces, no consigo llegar hasta el final en ninguna de las rutas. Aunque pasé buena parte de mi juventud subiendo techos y experimentando con el parkour, ahora que tengo 20 años más, e igual número de kilos adicionales encima, debo admitir que no me resulta tan sencillo.
Mi siguiente duda tiene que ver con el aspecto legal del asunto. Tomando como base mis propias experiencias juveniles huyendo de guardias de seguridad, les pregunto si tienen encuentros frecuentes con la autoridad. “Solía llevar conmigo una tarjeta donde se explican todos los detalles de las leyes relacionadas con el uso del espacio público”, me dice Alex.
Si, como yo, tienes curiosidad al respecto, en buildering.net hay una sección de preguntas y respuestas donde se explican estas cuestiones. Esencialmente, dependiendo de qué sea lo que estás escalando y dónde, podrías ser arrestado o demandado. En el sitio web se invita a los atletas a que sean cuidadosos e investiguen bien, además de seguir las instrucciones de las autoridades si se les pide que se retiren.
Cuando llegamos al siguiente punto, las HSBC Gates, lo primero que pienso es que es broma. Estamos en la base de una gran estructura metálica y angular. Las superficies completamente planas lucen como si hubieran sido creadas para que resulte imposible escalarlas. Son dos estructuras iguales. En su interior se forma un pasillo de apenas un metro de ancho que culmina en una subida de 2.5 m. La “chimenea” de la escultura tiene unos 60 cm de ancho y es completamente lisa.
Este problema en particular, dice Alex, requiere que llegues hasta la parte más alta por el interior. Coloco mis manos en el interior para sentir la textura y el agarre que brinda para ver si seré capaz de generar suficiente presión de manera que pueda subir. A este movimiento se le conoce como “stemming”. A continuación, les pido instrucciones. Alex me muestra cómo se hace, subiendo con facilidad. A la mitad, me dice que no está permitido tocar la parte externa de la estructura sino hasta el final de la ruta. Esta es una regla arbitraria, como muchas de las que crea la comunidad del buildering. Mientras que el parkour se trata de llegar del punto A al B de la manera más eficiente posible, el buildering consiste en diseñar rutas difíciles de forma intencional de manera que se pongan a prueba ciertas habilidades. Es algo similar a lo que ocurre en los gimnasios de bouldering.

Ahora estamos de vuelta en el comienzo de esta historia. Estoy descalzo (para tener mejor agarre) y me encuentro en la parte más estrecha de la estructura. En este punto, mis piernas no son capaces de brindarme mucha asistencia, así que se siente como si estuviera haciendo un bench press muy pesado sólo para mantenerme sujeto. Avanzo un poco más y Alex me indica el siguiente movimiento: debo girar las caderas para subir una pierna y ejercer presión con el pie. Después de varios intentos fallidos, logro subir, pero es demasiado tarde. Para estas alturas estoy exhausto y no puedo evitar deslizarme hacia abajo, en dirección de la colchoneta.
Ahora nos dirigimos a un problema que está en un costado de un puente. Pasamos media hora subiendo las barras que sujetan al puente del suelo. Estas forman un ángulo de 45 grados y soy consciente de que si resbalo, podría caer de espaldas o de cabeza. De nuevo, me siento agradecido por contar con el mat y con mis spotters. Ellos me ayudan a maniobrar para subir.
Entre intentos, noto que una mujer camina hacia nosotros con determinación. Porta el uniforme del Tate Modern, una galería de arte a la que, imagino, pertenece el espacio en que nos encontramos ahora. Siento una descarga de adrenalina y los músculos de mis pantorrillas se contraen con fuerza. “Chicos, esta área es del Tate”, dice. “Si van a hacer esto, que sea del otro lado”. Nuestra interacción es breve y cordial. Comenzamos a empacar los mats. “Usualmente, la gente simplemente siente curiosidad”, me dice Bobby.

Un ambiente que evoluciona
Caminamos rumbo a un sitio nuevo y lamento el hecho de que no he sido capaz de llegar a la parte más alta de ninguna de las rutas que hemos hecho hoy, a pesar de que algunas son consideradas “fáciles”. Bobby y Alex me dicen que han grabado contenido con algunos escaladores de muy alto nivel y que incluso ellos han tenido algunos problemas para adaptarse a los retos específicos del buildering.
El sol se está poniendo cuando llegamos al último reto del día. “Wayward Traverse” comienza en la base de una escalera que conduce hacia un puente. El objetivo es llegar desde aquí hasta una pared contigua que está a unos 3 m sin tocar el suelo. Cuando llegamos, Alex y Bobby notan que el pasamanos que suele usarse al comienzo de la subida no está. Esto transforma por completo la primera mitad de la ruta y, por primera vez parece que se les olvida que estoy ahí y se dedican a explorar nuevas formas de subir.
Después de intentar apoyar mi pie en un borde minúsculo en la pared varias veces, llegamos a la conclusión de que, tratándose posiblemente de un V4, la primera mitad de este problema es muy ambiciosa para mí y no queremos que esto impacte mi entusiasmo. Bobby me dice que empiece más arriba, en un nivel donde hay el espacio justo para mis dedos. A partir de aquí, puedo empujar con mis pies y empezar a subir. Hay una lámpara a la mitad de la ruta que me deslumbra ya que mis ojos están acostumbrados a la oscuridad del principio del ascenso.
“Coloca los dedos de los pies en la parte más rugosa de la pared. Ahí hay más agarre”, me dicen desde abajo. Este tipo de comentarios son comunes en la escalada. Usualmente, tu compañero tiene una mejor perspectiva que tú y puede ayudarte a encontrar el siguiente movimiento. Llego a una parte donde debo hacer una transición, trasladando mi peso hacia mis manos, con las cuales sujeto un pequeño borde a 4.5 m del suelo. Todo lo que debo hacer ahora es cargar mi propio peso y estaré en la parte final. El problema es que siento una gran fatiga. Mis dedos y bíceps arden y me cuesta encontrar apoyo con los pies en la pared de piedra. Volteo hacia abajo y el suelo se ve muy lejos. Volteo hacia arriba y el siguiente agarre se ve aún más distante. Decido tirar con fuerza pero no lo logro. Mis dedos se resbalan y caigo estrepitosamente.
Más tarde, durante la cena, Alex, Bobby y yo pasamos horas conversando sobre la naturaleza contracultural del buildering, comparándolo con otras actividades como el skateboarding o el graffiti, las cuales son también formas de apropiarse del espacio y reinterpretarlo en el nombre de la diversión o el arte. Al explicar su proceso para descubrir nuevas rutas, Alex me dice “Paso mucho tiempo viendo hacia arriba”. Esto es más profundo de lo que parece, especialmente en una época en la que todo el mundo tiene la mirada puesta en el teléfono.

También pienso que a pesar de sus riesgos, algo que resulta atractivo del buildering es que es gratuito. Al igual que el skateboarding o el parkour, es una alternativa para aquellos que quizá no tienen acceso a gimnasios de bouldering o no pueden costear un viaje a sitios de escalada alpina. Además, provee una comunidad de personas afines con las cuales disfrutar la actividad.
Más temprano, Alex me había dicho que prefiere escalar afuera, pero no siempre puede llegar a los sitios a los que quisiera ir. El buildering, explica, es como un punto medio. Pero no puedo evitar pensar que aquí hay una falsa dicotomía al pensar en el exterior o “outdoor” sólo como sitios de belleza natural. Sí, es muy agradable acudir a lugares verdes, pero los beneficios que trae el movimiento son demasiado buenos como para posponerlos simplemente porque no estamos en la versión correcta de “afuera”. Creo que mediante esta disciplina y a través de la exploración del ambiente con el cuerpo podemos volver a un estado natural, sin importar qué es lo que nos rodee. El buildering permite interactuar con el espacio de formas novedosas e interesantes, además de que ayuda a construir fuerza y mejorar la capacidad física. Lo único que hay que hacer es mirar hacia arriba.
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