¿Probarías bótox ahí abajo? Por qué el ‘Scrotox’ se vuelve tendencia
Sí, puedes inyectar bótox en el escroto: esto es lo que hace, cuánto cuesta y qué riesgos implica.

Has escuchado sobre el uso del bótox para reducir la apariencia de arrugas en el rostro, pero ¿qué pasa con el scrotox? (Sí, es exactamente lo que estás pensando).
En los últimos años, el bótox ha crecido de manera masiva entre los hombres. El British College of Aesthetic Medicine reporta un aumento del 70 % en tratamientos estéticos masculinos desde 2021, y algunos especialistas señalan que hasta una cuarta parte de sus pacientes son hombres. Pero estos procedimientos no se están limitando al rostro: ahora muchos buscan inyecciones en el escroto.
¿Qué es el Scrotox y cómo ayuda?
El scrotox es el nombre que se le da a las inyecciones de bótox en el escroto, un tratamiento cada vez más popular, según el Dr. Mike Tee, médico senior en la Harley Street Skin Clinic. Tiene un costo aproximado de 1,700 dólares, con resultados que duran entre tres y cuatro meses.
Algunos hombres recurren al scrotox por razones médicas, como la hiperhidrosis (sudoración excesiva que causa irritación y mal olor) o un músculo cremáster hiperactivo (que puede provocar dolorosas retracciones involuntarias de los testículos). Sin embargo, la mayoría lo busca por motivos estéticos.
“En hombres adultos, un músculo cremáster hiperactivo puede causar contracciones frecuentes e involuntarias muy dolorosas”, explicó el Dr. Tee a Indy100. “Tanto la actividad física como la sexual pueden verse afectadas”.
El bótox ayuda a reducir la sudoración y a minimizar la actividad del músculo cremáster, que de otro modo puede provocar incomodidad. Pero, según el Dr. Tee, alrededor del 80 % de los hombres ahora se someten al scrotox por beneficios cosméticos: principalmente una piel más tersa y la apariencia temporal de testículos más grandes.
La recuperación suele ser rápida, con la mayoría de los hombres retomando sus actividades normales en 72 horas. Aun así, como con cualquier procedimiento, pueden presentarse complicaciones.

Los efectos secundarios
Como en cualquier inyección, la infección es un riesgo potencial. Pero no es el único. Puede ocurrir una relajación excesiva de los músculos si el bótox se dispersa demasiado, lo que lleva a asimetría o a que el escroto cuelgue más de lo esperado.
Debido a que el músculo cremáster y los tejidos cercanos pueden verse afectados, la debilidad muscular es otro posible efecto secundario. En casos poco frecuentes, el tratamiento puede interferir con la termorregulación y la producción de esperma, lo que podría impactar la fertilidad si la toxina se difunde demasiado profundamente.
La conclusión
Aunque el scrotox puede ofrecer beneficios tanto estéticos como funcionales, no está exento de riesgos. Por eso, es esencial consultar a un especialista calificado y evaluar cuidadosamente los pros y contras antes de agendar una cita.
Vía Men’s Health UK
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