El entrenador mental de Tom Brady revela un secreto para el éxito

Greg Harden estaba asesorando a atletas en la Universidad de Michigan cuando un jugador llamado Tom Brady entró en su oficina. Brady dice que Harden “me instó a despertar y madurar”. Este tipo de impulso hacia el propio potencial es algo que Harden aprendió por sí mismo desde temprano y ha inculcado en otros atletas, incluyendo a Michael Phelps, así como a ejecutivos de importantes corporaciones. Ahora, ha condensado sus conocimientos en el libro Stay Sane in an Insane World [Mantén la Cordura en un Mundo Insensato], del cual se extrae este fragmento.

Cuando obtuve mi licenciatura, justo antes de hacer cualquier trabajo de posgrado, estaba ansioso por encontrar una carrera. Me conocían como un “fanático de la salud” en ese entonces, así que pensé, ¿por qué no? Voy a abrir mi propio gimnasio, con un buen restaurante de comida saludable adjunto. Para llegar a ese objetivo, pensé que comenzaría en el campo de la salud y rápidamente avanzaría hacia la gestión.

Apunté a varias empresas en la industria de la salud. Todas y cada una de ellas me rechazaron. Finalmente, decidí arriesgarme y entré en un Vic Tanny International. Si tienes cierta edad, es posible que reconozcas ese nombre. Vic Tanny tenía más de 100 clubes en todo el país. Fue uno de los primeros propietarios en convertir los sudorosos “gimnasios” de musculación en modernos y bien equipados “clubes de salud”.

Nunca olvidaré ese día. Sam y Bob eran los gerentes, y ambos tuvieron que ocultar su diversión cuando entré por la calle y sugerí que debería formar parte de su equipo directivo. Después de dejarme en claro que esta fantasía no se haría realidad, pasé al plan B:

“Así que contrátenme como instructor de fitness”, dije. Estaba en excelente forma en ese entonces, con un 4 por ciento de grasa corporal. ¿Qué más podrían querer?

“No necesitamos más instructores”, dijeron. “Pero sí necesitamos un conserje”.

Se sorprendieron cuando inmediatamente dije: “Soy su hombre”. Ahora, sé lo que estás pensando. ¿No es “conserje” simplemente una palabra elegante para “limpiador”? ¡Sí! Pero a diferencia de la mayoría de las personas que se encontrarían en ese trabajo, decidí que no tendría ningún problema con la tarea que me asignaran. Fue una elección consciente. Limpié las alfombras; vacié los botes de basura; limpié el sudor de los espejos y la suciedad de las duchas. Desinfecté los inodoros y los urinarios.

Y lo más importante, di el 100 por ciento, el 100 por ciento del tiempo.

Me involucré con todos los que conocí en ese club. Traté a cada persona como si fueran el empleado o cliente más valioso del mundo. Silbé mientras trabajaba y traté de elevar el ánimo de todos los demás en ese entorno. Y sí, no sólo limpié y pulí los urinarios, lo hice como si estuviera limpiando y puliendo mi Rolls-Royce.

Como dijo Martin Luther King, Jr., “Si un hombre está llamado a ser un barrendero, debe barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, o Beethoven componía música”. Yo era solo un conserje, pero nunca olvidé: Yo no era ese trabajo; simplemente era lo que se me había dado para hacer.

Piensa en las habilidades que estás entrenando

Tomé la decisión deliberada e intencional de ser el mejor absoluto en hacer este trabajo. Nadie sería un mejor conserje, punto. Y nadie estudiaría las operaciones diarias de un gimnasio mejor que yo, desde mi perspectiva única de verlo desde abajo.

En seis meses, era el subgerente del club.

Tu compromiso de realizar consistentemente al más alto nivel posible, de proyectar una actitud positiva, respaldará tu búsqueda de llegar a la cima de cualquier industria. Es uno de los hábitos más productivos que puedes desarrollar: Practicar, entrenar y ensayar dar el 100 por ciento, el 100 por ciento del tiempo.

Veo a jóvenes atletas en mi consultorio todos los días, y para muchos de ellos, su primer año en la universidad es un gran ajuste. Piénsalo. Se les dieron ciertos dones físicos que los convirtieron en estrellas en la secundaria. La mayoría nunca tuvo que trabajar duro o dar el 100 por ciento para tener éxito, para ser el centro de atención, para que se escribieran artículos sobre ellos en el periódico local. Muchos de ellos tampoco tuvieron que trabajar duro en el aula, porque francamente, la academia rara vez fue la prioridad.

Así que ahora, aquí están en la Universidad de Michigan, rodeados, por primera vez en sus vidas, de atletas que son tan buenos como ellos. Las presiones sociales y académicas son de repente más allá de cualquier cosa que hayan experimentado antes. E incluso en su deporte, el único lugar donde sobresalían, se ven obligados a trabajar duro en la práctica y desarrollar sus cuerpos, en lugar de depender solo de sus talentos naturales.

Eso es a menudo cuando me encuentro con estos jóvenes hombres y mujeres: justo cuando están lidiando con todos estos desafíos. Una de las cosas más importantes que siempre trato de hacer es convertir estos desafíos en algo divertido. ¡Así es, divertido!

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Convierte tu desafío en un juego

Imagina que estoy hablando con un joven de un pueblo pequeño en medio de Indiana, un chico que nunca ha sobresalido en nada excepto en el baloncesto. Convierte esto en un juego, le digo. Una competencia contigo mismo. Solo pruébalo durante un semestre. En tus estudios, da el 100 por ciento, el 100 por ciento del tiempo. ¿Qué tan divertido sería estar en la lista del decano? ¿Qué tan divertido sería romper las expectativas de todos para ti? ¿Destruir el estereotipo que las personas tienen en sus mentes debido a cómo te ves y de dónde vienes? Viniste aquí para lanzar una pelota de baloncesto a través de un aro y ¡estás en la lista del decano? ¿Puedes vencer a todos tanto en la cancha como en el aula? ¿Puedes siquiera imaginar cuán divertido sería sorprender a todos?

Por supuesto, al hacerlo, estarás entrenándote para motivarte a ti mismo, para tener autodisciplina. Te estarás entrenando para tener la mente de un campeón, lo que te convertirá en una mejor persona. Lo que te convertirá en un atleta aún mejor.

Te estás entrenando para no ser flojo. Para enfrentar cualquier desafío. Te estás demostrando a ti mismo que cualquier cosa a la que pongas tu mente, a la que te comprometas, puedes lograrla.

Y recuerda, ¡estamos hablando de las cosas que ni siquiera te gustan! Te estás entrenando para dar el 100 por ciento, el 100 por ciento del tiempo, en las cosas que no te atraen, que no te vienen naturalmente.

La mayor competencia a la que te enfrentarás es contigo mismo. Si puedes enfrentarte a ti mismo y ser mejor que ayer, puedes enfrentar a cualquiera.

Así que imagina esto para mí: Si te entrenas para dar el 100 por ciento, el 100 por ciento del tiempo, a las cosas que odias, ¿qué tan fenomenal serás cuando llegues a las cosas que amas?

Aquí es a donde estoy tratando de llevarte, y como dije antes, es una de las cosas más importantes que enseño: si lo conviertes en tu estado mental, tu visión de quién eres, que será un hábito dar el 100 por ciento, el 100 por ciento del tiempo, en todo lo que hagas, si haces eso tu norma, tu modo predeterminado, entonces en tu peor día, incluso cuando te resbales, seguirás siendo mejor que la persona promedio en su mejor día.

Extracto de Stay Sane In An Insane World de Greg Harden. Utilizado con el permiso del editor, Blackstone Publishing. Copyright ©2023 por Greg Harden.

Vía Men’s Health

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