Mauricio Otero, un espíritu aventurero
Este poliatleta extremo y viajero empedernido aprovecha cada momento al máximo y hoy comparte sus historias con MH.

Si medimos la vida en años, Mau Otero es alguien muy joven todavía, ya que apenas acumula 23 vueltas al Sol. Pero si la medimos en experiencias, ha vivido mucho más que personas que le doblan o triplican la edad. Este poliatleta extremo y viajero empedernido aprovecha cada momento al máximo y hoy comparte sus historias con MH.
Surfing, skydiving, base jumping, slacklining… esas son sólo algunas de las disciplinas que practica Mau Otero. Desde hace mucho, soy uno de los millones de seguidores que se emocionan (y en ocasiones atemorizan) con lo que comparte en sus redes, de manera que tenía bien claro lo que quería preguntarle cuando lo viera: “¿Uno nace o se hace apasionado de la adrenalina?”. “Creo que sí nací para lo que estoy haciendo porque siento como que es lo correcto, es auténtico”, me cuenta. Este último adjetivo es clave para entender la clase de persona que es. Basta con verlo en acción unos momentos para tener claro que es alguien que está haciendo lo que le gusta. Sí, resulta que las actividades que le atraen son increíblemente llamativas e inspiradoras, algo que funciona muy bien en el mundo digital, pero tengo la absoluta certeza de que si no existieran las redes sociales, igual estaría lanzándose al vacío desde algún risco o persiguiendo olas con sus amigos por el simple gusto de hacerlo y sentirse vivo.

Sin riesgo no hay recompensa
Mientras que algunas personas se sienten completamente cómodas en contextos de extrema rigidez y solemnidad, como un aula, hay individuos que prosperan en ambientes más dinámicos. Evidentemente, Mau pertenece al segundo grupo. “La verdad es que siempre me sentí como el bicho raro, especialmente en la escuela, al punto de no tener conversaciones o hasta sentir un poco de ansiedad. Por ejemplo, al decidir qué estudiar. Yo pensaba ‘a mí me gustan los deportes y las cosas que no son una carrera’, así que siempre me he sentido un poquito diferente”. Eventualmente, encontró su camino y nos cuenta el momento que despertó en él el deseo de perseguir la adrenalina: “Fue el paracaidismo, definitivamente. Empecé en el 2021. Fue la primera vez que hice algo que mis papás no me dejaban hacer. Fui y lo reservé yo y fue en el punto en que me estaba independizando. Fue mi primer deporte extremo de verdad y de ahí uno agarra vuelito y va subiendo de escalón”. Esto da pie a la siguiente pregunta que tenía preparada, la cual surge de una observación. Su primera publicación en Instagram (@mauu.otero) es del año 2015 y en la descripción simplemente escribió “First Flip”. Se trata de un mortal que realiza esquiando en agua. Una década más tarde, en la última publicación que aparece en su perfil previo a esta conversación, también realiza un mortal, sólo que esta vez es doble, invertido y lo hace desde la cima de una montaña. “¿Qué pensaría Mau de 2015 si viera al de 2025?”, le pregunto. “Me pone la piel chinita saber que sigo haciendo lo que más me gusta y que me ha funcionado. Me siento orgulloso de lo que hemos hecho hasta ahora, de la persona en que me he convertido”. Pero confiesa que no se imaginaba que el nivel de riesgo escalaría tanto: “Una vez me prometí que nunca iba a hacer base jump, que es el deporte más peligroso del mundo. De repente, sin darte cuenta, ya estás haciendo lo que veías en vídeos de YouTube en Red Bull cuando eras chiquito”. Mau entiende que sin riesgo no hay recompensa, pero la forma en que lo aborda revela que se trata de alguien metódico, maduro e inteligente. “Necesitas estar bien contigo mismo”, explica, y esto incluye tanto lo físico como lo mental: “Son deportes que exigen mucho y si no estás preparado físicamente, te vas a accidentar, entonces es por seguridad, y también entra otra parte que es estar bien mentalmente: conocerte bien, conocer tus límites y tener la intuición bien prendida”.
¿Qué hay en su cabeza cuando está por enfrentar algo que conlleva un gran riesgo? “Cada que tengo algo que sé que va a ser un gran reto para mí, me enfoco en los pasos que tengo que seguir para entrenar y qué equipo necesito. Antes de intentar algo que me da miedo, mi mayor herramienta es la visualización: imaginarme haciéndolo y repasarlo varias veces en mi cabeza. Cuando lo hago, siento que ya lo había vivido. Fluye porque lo visualizaste muchas veces”.

Listo para todo
De vuelta a la cuestión física, me interesa saber más sobre su preparación, dado que, a diferencia de la mayoría de los atletas, quienes están enfocados en una sola cosa, él debe prepararse para una multitud de retos. Hay manuales para ser un mejor corredor o para incrementar lo que cargas en press de banca (nosotros mismos los hemos publicado), pero no existe una receta para ser un skydiver surfista que camina sobre la cuerda floja y practica apnea ocasionalmente. Mau es único y lo mismo ocurre con sus necesidades.
“Con el tiempo, he tenido varios entrenadores y he aprendido mucho. Hoy en día, me entreno yo solo. Trabajo mucho la movilidad y obviamente también la fuerza con explosividad. Es muy raro porque necesito estar ligero, pero fuerte y flexible. Además, para el surf debes tener buena condición y buena apnea para aguantar”. Su cuerpo es tan versátil como una navaja suiza y eso es lo que lo ha llevado hasta donde está.
Por supuesto, a pesar de toda la preparación, a veces las cosas no salen como se espera y hay que aprender a lidiar con ello: “Cuando te accidentas o te pasa algo hay un antes y un después”, explica. “Vuelves a empezar y hay que bajar un par de escalones, volver a tocar base, analizar lo que pasó, ver videos, definir qué tienes que mejorar y, lo más importante, seguirlo haciendo”. Aunque tu vida y la mía son mucho menos extremas que la de Mau, seguramente te sentirás identificado con eso último. Después de caerte de una bicicleta, una patineta o una moto, o incluso si tienes un pequeño percance en el auto, cuesta trabajo volver a montarse, pero hay que romper esa barrera mental para evitar que el miedo te domine. “Yo me lastimé los dos hombros”, cuenta. “Se me zafaban y se me zafaban. Me operé el derecho y me recuperé. Empecé a entrenar otra vez y luego comenzó a pasar con el izquierdo. Me tuve que volver a operar. Llevaba dos años queriendo surfear duro y no podía y ahora, finalmente, ya puedo entrenar como quiero”.

Uno con las olas
El surf tiene tanto de deporte como de arte y premia la paciencia y la constancia, virtudes que tiene Mau Otero. “Estás fluyendo con una de las fuerzas naturales más grandes que es el océano. Tiene una fuerza impresionante y debes aprender a bailar con las olas, usar esa energía a tu favor. Es algo muy especial. El mar siempre es diferente y dependemos mucho de las condiciones. Puedes estar dos horas remando para agarrar tres olas, que son 40 segundos de tiempo en tabla, entonces mejorar es dificilísimo. No cualquiera puede llegar a hacerlo bien, especialmente alguien que, como yo, no creció surfeando. Ha sido un gran reto y ahí vamos”.
Una de las experiencias recientes que lo tienen más satisfecho tiene que ver, justamente, con este deporte. “En invierno estuve en Hawái y rompí un gran miedo: surfear mi primera ola grande. Es una ola que se llama Waimea. En un día de oleaje grande, decidí meterme. Logré agarrar una ola y me fue superbien. Me dio mucha confianza para los planes que tengo. Se sintió también muy especial después de los problemas con los hombros y todo lo que he pasado”. Suena simple, pero se trata de un hito importante y definitivamente no será el último en esta disciplina: “Ahorita mi cabeza está casi 100% en surfear olas grandes, las más grandes alrededor del mundo, y literalmente cazar tormentas: Nazaré, Hawái, Todos Santos, Pico Alto en Perú, hay muchas olas alrededor del mundo que quiero ir quitando de la lista”.

Los highlights de Mau Otero
Evidentemente, es tanto lo que ha logrado que si enlistamos todo, nos quedaríamos sin espacio, pero, además de su éxito reciente en Hawái, nos contó sobre dos proyectos más que le han brindado gran satisfacción, empezando con uno que tuvo lugar en las playas de Manzanillo. “Lo que hice fue aterrizar en un caballo con mi paracaídas. Salté desde una avioneta, abrí paracaídas y María, una amiga, iba en su yegua. En el sexto intento logramos que llegara yo atrás en ancas, liberara el paracaídas y pudiéramos seguir montando, fue una transición de skydive a caballo”. Si eso es impresionante, el último reto que nos contó resultaría difícil de creer si no hubiera evidencia en video: “Recientemente, volé con el traje ardiIla al lado del Cristo Redentor en Brasil”. Antes de continuar, vamos a desmenuzarlo: un traje ardilla o “wingsuit” cuenta con membranas que conectan las extremidades y permiten planear en el aire a gran velocidad. El Cristo Redentor o “Cristo del Corcovado” es una de las esculturas de concreto más icónicas del mundo con 30 metros de altura, más los ocho del pedestal, y se encuentra en la cima de un cerro. “Lo hice de noche. Salte de un paramotor. Te hace el drop donde tú le dices al piloto y calculas tu planeo para pasar donde quieres con mucha precisión. Es como jugar tiro con arco pero con tu cuerpo. Le pasé supercerca (ve el video, está fijo en su IG). Iba en el avión a México y no sabía lo que había pasado dos horas antes, no se sentía real. Pensaba ‘ya estoy en la sociedad, tomando un vuelo comercial y acabo de hacer esto’”.

La importancia de atreverse
Los miedos y los retos que enfrenta Mau Otero son distintos a los de la gente común, pero hay paralelos en cuanto a la forma en que podemos superarlos. “Creo que es padre cuando entre todos nos inspiramos porque cada quien es bueno y malo en ciertas cosas. Lo que a mí me da miedo puede ser que para otro sea su mayor don. Entonces, sin compararte, puedes inspirarte y tomar a alguien más como ejemplo. Yo siempre veo a alguien y digo ‘si él puede y tiene lo mismo que yo: manos, pies, cabeza, yo también puedo’. Solo hay que confiar en el proceso. Muchas personas se comparan y dicen ‘yo no empecé temprano, entonces yo nunca lo voy a poder hacer’ y la gente nunca empieza. No hay que tener miedo a dar el primer paso, a mandar el primer mensaje, ya sea en un deporte, en un negocio o en lo que sea. Hay que aprender a evolucionar con las herramientas que tenemos. No hay pretextos”. El éxito, lo que sea que esto signifique para cada persona, es para los que se arriesgan.

Créditos adicionales:
A lo largo de esta sesión, Mau porta piezas de Tudor, una casa relojera que celebra la exploración y el deseo de llegar cada vez más lejos. Son piezas para aquellos nacidos para arriesgarse.
- Styling Pierina Feria
- Asistente de styling Andrea Hernández
- Grooming Ian Chávez para DS Agency
- Locación Hotel Carlota
¿Ya te suscribiste al Newsletter de Men’s Health México y Latinoamérica?
Haz click aquí y recibe las mejores rutinas, consejos para bajar de peso, recomendaciones de salud y todo el contenido que necesitas para volverte tu mejor versión.
Síguenos en nuestras redes sociales: Instagram, Facebook, X (Twitter) y Threads