Hablemos sobre TOC y cómo es vivir con él
Usualmente, se le caracteriza (erróneamente) como una simple fijación con la limpieza y el orden, pero el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es mucho más complejo de lo que sugieren los estereotipos. Para el periodista Shaun Flores, incluso lo llevó a tener impulsos suicidas. Él explica por qué la narrativa en torno a este padecimiento debe cambiar.
Mi TOC comenzó con una fijación en mi salud. Me atemorizaba contagiarme de una ETS y desarrollé un miedo constante a estar enfermo, el cual se mantenía vivo incluso después de hacerme pruebas negativas. Con el tiempo, esto se transformó en ansiedad en torno al VIH, una preocupación que me hacía gastar grandes cantidades de dinero en exámenes.
Luego, el desorden cambió de foco, hacia mi sexualidad. Esto como resultado de un sueño que tuve sobre un hombre. Esto me llenó de ansiedad por la idea de que pudiera ser gay, a pesar de que no hubiera evidencias en ese sentido.
Más tarde, comencé a tener pensamientos intrusivos sobre cometer actos sexuales violentos, así como suicidio. Me imaginaba a mí mismo saltando desde un puente. Estos pensamientos iban en contra de la persona que era, pero se habían apoderado de mí y me generaban ansiedad. Me di cuenta de que necesitaba ayuda profesional.
Como una especie de milagro, gracias a Instagram conocí a Emma Garrick, mejor conocida como “The Anxiety Whisperer” (la encantadora de la ansiedad), una psicoterapeuta y coach. Le envié un mensaje pidiéndole ayuda. “¿Por qué estoy teniendo estos pensamientos?”, le pregunté. “No quiero lastimar a otros”.
Emma me explicó que estaba experimentando TOC “puro”, un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo en el cual la persona experimenta pensamientos obsesivos sin patrones de conducta visibles. Ella salvó mi vida.
Antes de hablar con mi terapeuta, pensaba que yo era la única persona que sufría con esto. Durante varias sesiones, no hice otra cosa que llorar. Me sentía desesperanzado. Con el tiempo, aprendí que mis miedos no se materializarían sólo por pensar en ellos.
Los pensamientos del TOC son egodistónicos, es decir que no están alineados con las personas que somos y lo que creemos.
Estas obsesiones y compulsiones pueden ser invisibles, es decir que podrías no notar el sufrimiento desde afuera. También pueden tener manifestaciones físicas.
Las narrativas comunes tienden a presentar una imagen distorsionada del TOC. Programas de televisión como Obsessive Compulsive Cleaners, el cual salió al aire en 2013, han contribuido a esto al presentar el TOC de una manera humorística. Personajes como Sheldon Cooper de The Big Bang Theory o Monica Geller de Friends son ejemplos de personajes que refuerzan esta idea de que el TOC es únicamente una obsesión con la limpieza y el orden.
El estigma en torno a esto, además de la vergüenza, pueden hacer que las personas se rehusen a buscar ayuda. En promedio, pasan 12 años desde los primeros síntomas a que el paciente recibe tratamiento. Se estima que 1 a 2% de la población vive con TOC.
Cambiar esto es mi misión. El TOC es lo peor que me ha pasado, pero estoy determinado a ser lo peor que le ha pasado al TOC. A veces, cuando padecemos algún problema de salud mental, tendemos a asumir que este nos define y resulta sencillo olvidarnos de que somos mucho más que eso. Me rehuso a hacer eso. Soy más que un diagnóstico y no hay forma de que toda mi vida pueda resumirse en esas tres siglas.
La visión del experto
Joshua Fletcher (@anxietyjosh) es un psicoterapeuta y autor de And How Does That Make You Feel?
¿Qué es el TOC?
El trastorno obsesivo-compulsivo es una condición de salud mental definida por obsesiones y compulsiones que generan ansiedad. Estas suelen incluir pensamientos intrusivos que contrastan con los valores o la autopercepción de la persona.
En el centro del padecimiento suele haber una abrumadora necesidad de obtener certeza absoluta. Esta es una respuesta provocada por los pensamientos intrusivos, los cuales hacen que el individuo tenga comportamientos compulsivos como una forma de aliviar la angustia.
Entre las compulsiones más comunes está el pensamiento repetitivo, donde los pacientes buscan confirmaciones de manera constante para mitigar sus miedos.
Algunos de los subtipos más frecuentes incluyen:
TOC relacional, en el cual dudas en torno al compromiso emocional o los sentimientos de la pareja conducen a un cuestionamiento constante.
TOC de hacer daño, caracterizado por el miedo a herir a otros o a uno mismo. Usualmente, está acompañado de un repaso incesante de acciones pasadas.
TOC de contaminación, en el cual la persona tiene un miedo exagerado a los gérmenes o la suciedad. Esto lo lleva a limpiar de forma obsesiva o evitar ciertos “contaminantes”.
TOC de verificación, el cual lleva a las personas a revisar aparatos, seguros u otros objetos repetida y constantemente para evitar desastres.
TOC de sexualidad, definido por dudas persistentes en torno a la orientación sexual de la persona.
TOC de género, donde los individuos cuestionan incesantemente su identidad de género, a pesar de tenerla clara.
TOC de tabúes sexuales, en el que la persona tiene pensamientos alarmantes sobre escenarios sexuales prohibidos o inapropiados.
¿Hay una cura?
El tratamiento principal para el TOC es la terapia de exposición con prevención de respuesta (EPR). Es una forma especializada de terapia cognitivo conductual. Esto consiste en exponer gradualmente a la persona a pensamientos y situaciones que dan lugar a sus pensamientos, al tiempo que se le entrena para evitar sus comportamientos compulsivos usuales.
Recientemente, la terapia cognitiva basada en la inferencia también ha ganado popularidad como tratamiento. Esto se enfoca en patrones de razonamiento erróneos y le enseña a los individuos a poner en duda estas interpretaciones para que puedan basar sus respuestas en evidencias factuales.
Para cualquiera que sospeche que tiene TOC, el primer paso es consultar a un doctor y luego a un terapeuta especializado en este padecimiento, idealmente alguien entrenado en EPR. Acudir con un profesional puede mejorar significativamente las probabilidades del sujeto de retomar el control de sus pensamientos y acciones.
EL ESCRITOR
Shaun Flores es un activista de la salud mental, es educador y conferencista. Vive con TOC y TDAH.
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