¿Padeces agotamiento? Cómo identificar las señales y síntomas

¿Te sientes constantemente agotado? Piensa en esa pregunta por un momento. ¿Te encuentras siempre presionando el botón de posponer? ¿Al llegar las 10 a.m., tienes problemas para concentrarte? ¿Cuántas tazas de café estás tomando al día?

Quizás no lo creas, todos se sienten cansados de vez en cuando, pero puede que en realidad estés sufriendo de agotamiento y simplemente no estés identificando las señales y los síntomas.

No es una lectura alentadora, pero la buena noticia es que puedes comenzar a tomar medidas para combatir la fatiga de inmediato.

¿Qué es el agotamiento?

Tendemos a usar palabras comunes que describen el cansancio de manera intercambiable, pero desde el punto de vista médico, hay una gran diferencia entre ellas. “Desde una perspectiva médica, agotamiento, fatiga y somnolencia son conceptos claramente diferentes”, explica el Dr. Irshaad Ebrahim, consultor en el London Sleep Centre.

El agotamiento, dice, implica una disminución física después del ejercicio o esfuerzo físico, mientras que la fatiga “se refiere al cansancio mental, como estudiar para exámenes, o físico, como entrenar para un maratón”. Si realmente estás agotado, seamos sinceros, probablemente estés demasiado cansado para preocuparte por usar la terminología correcta.

Hay varias razones por las cuales el agotamiento puede aparecer. Una condición médica subyacente, por ejemplo; los síntomas de ciertas enfermedades como la fibromialgia, la artritis o un trastorno tiroideo (hiper o hipotiroidismo) también pueden resultar en fatiga extrema. Más comúnmente, el estrés físico o mental prolongado puede causar agotamiento, por ejemplo, sobreentrenamiento, mudanza o acumular demasiado trabajo extra en la oficina.

“En el mundo ocupado en el que vivimos, trabajamos duro, jugamos duro, entrenamos duro, siempre estamos activos y en movimiento”, explica el Dr. Dane Vishnubala, asesor médico principal de Active IQ. “Esto puede llevar a un alto nivel de estrés y agotamiento si no se gestiona y equilibra adecuadamente”.

Síntomas del agotamiento

Si bien no hay una definición exacta de agotamiento, hay ciertas características que lo diferencian de la somnolencia familiar y reconfortante que se siente al irse a la cama. Tu mente está nublada, tu cuerpo se siente lento y estás completamente exhausto, incluso a las 9 a.m.

“Es esa sensación de estar cansado todo el tiempo, simplemente nunca tener energía”, dice el Dr. Vishnubala. “Quieres descansar más y las tareas básicas te hacen sentir aún más cansado. Es persistente y no es algo que mejore después de dormir una noche”.

Los síntomas del agotamiento son los siguientes, y se diferencian del cansancio habitual:

• Tienes dificultades para concentrarte en el trabajo.
• Te sientes extremadamente estresado casi las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
• No puedes esperar para ir a la cama, pero cuando llegas allí, no puedes dormir.
• Tus labios están agrietados, escamosos y secos.
• Has estado saltándote el gimnasio en favor de presionar el botón de posponer y, cuando logras ir, eres una sombra de tu yo habitual.
• No puedes deshacerte de una tos o resfriado.
• Te falta el aliento, incluso cuando solo estás sentado.
• Comer de manera saludable ha pasado a segundo plano: la preparación de comidas balanceadas se ha convertido en baguettes, papas fritas y barras de chocolate.
• Estás en una montaña rusa emocional: irritable un minuto, mareado al siguiente.

Estos síntomas, con el tiempo, tendrán un efecto acumulativo; no es de extrañar que haya un límite para lo que tu cuerpo puede soportar a este nivel y resultará en agotamiento y posiblemente en otras condiciones.

Cómo el agotamiento puede derivar en otras condiciones

Mental y físicamente, cada persona tiene un punto de quiebre diferente, pero con el tiempo, los efectos negativos pueden derivar en una variedad de problemas de salud, dice el Dr. Vishnubala. “El estrés crónico contribuye a un proceso conocido como inflamación sistémica que, cuando es alta, puede provocar muchas enfermedades, incluyendo enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer si no se controla”, explica.

También hay implicaciones mentales. “El agotamiento emocional puede llevar a la depresión y la ansiedad”, explica el Dr. Andrew Thornber, jefe de medicina en Now Patient, y agrega que el agotamiento puede afectar tu capacidad de tomar decisiones. “Tu riesgo de lesiones y accidentes en casa, en el trabajo y en la carretera aumenta”.

También hay implicaciones catastróficas para tus músculos. Si te sientes completamente agotado antes de hacer una sola repetición, deberían sonar las alarmas. “Cuando experimentas fatiga, la fuerza detrás de los movimientos de tus músculos disminuye, lo que te hace sentir más débil”, explica el Dr. Thornber. No solo serás incapaz de ejercitarte con la misma intensidad y duración, sino que tu proceso de recuperación también se verá afectado.

“Si el agotamiento se debe al estrés físico o mental, puede afectar tu ritmo circadiano, lo que tendría un efecto negativo en tu sueño, especialmente en tu capacidad para alcanzar un sueño profundo”, explica el Dr. Vishnubala. “Esto, a su vez, puede llevar a niveles más altos de hormonas del estrés, como el cortisol, que se sabe que reducen la capacidad del cuerpo para desarrollar músculo”.

Remedios naturales para el agotamiento

Si has estado sintiéndote agotado durante algún tiempo, vale la pena descartar cualquier problema médico subyacente, ya que los síntomas podrían estar relacionados con otros problemas médicos, “desde problemas de tiroides, diabetes y anemia hasta problemas de salud mental e incluso cáncer”, explica el Dr. Vishnubala. “Si no hay causas o desencadenantes evidentes, o si tienes otros síntomas, consulta a tu médico de cabecera”.

Sin embargo, si regularmente sigues el estilo de vida de trabajar duro y jugar duro y crees que tu estilo de vida es el culpable, hay algunas cosas que puedes hacer para combatir el agotamiento y recuperar el control, como explica el Dr. Vishnubala.

Prioriza el sueño

Parece obvio, pero dormir al menos ocho horas completas es fundamental. Evita el alcohol, deja la cafeína después de las 2 p.m. y evita usar teléfonos, televisores y otras fuentes de luz azul brillante una o dos horas antes de dormir. Mejora tu rutina nocturna y cúmplela.

Revisa los factores de estrés

Es hora de ser honesto contigo mismo. ¿Estás sobreentrenando o trabajando demasiado? ¿Tomas suficientes días de descanso? ¿Has estado revisando correos electrónicos los fines de semana? Controla lo que está en tus manos. Habla con amigos y familiares. Descubre qué te está causando estrés y qué puedes cambiar. ¿Qué estás haciendo ahora que podría delegarse o hacerse de otra manera? Todas son preguntas que vale la pena hacerse.

Considera la nutrición

Ya seas paleo, vegano, sin gluten o simplemente exigente, concéntrate en alimentos que te sustenten y liberen energía lentamente. Llena tu plato con proteínas magras, como huevos, pescado, pollo, verduras verdes y carbohidratos complejos de liberación lenta como arroz integral, batata y lentejas. Evita los alimentos azucarados como pasteles y galletas, ya que solo elevarán tus niveles de azúcar en sangre antes de una inevitable caída.

Respira profundamente

La respiración profunda, la atención plena y la meditación pueden ayudarte a despejar tu mente y reducir el estrés. Si decides usar una aplicación como Calm o Headspace para encontrar un poco de paz al final del día, recuerda configurar tu teléfono en ‘modo nocturno’ para filtrar esa luz azul que sabotea el sueño.

Suplementos

¿Has implementado todo lo anterior de manera constante y aún sientes que estás luchando? El complejo de vitamina B es esencial para la producción de energía, así que asegúrate de que tus niveles estén en óptimas condiciones. El ginseng puede ayudar a combatir la fatiga y mejorar la resistencia.

Y una cosa más… el ejercicio puede ayudar, pero deja las sesiones intensas de HIIT para cuando ya estés recuperado y enfócate en actividades de bajo impacto como caminar, andar en bicicleta o practicar yoga. La actividad física aumentará tus niveles de energía de muchas maneras diferentes, explica el Dr. Thornber, pero si te excedes, tendrá el efecto contrario.

“La actividad física regular incrementa el flujo sanguíneo en tu cuerpo y mejora tu salud cardiovascular y estado físico”, señala. “Esto permitirá que más sangre y oxígeno lleguen a tu cuerpo, proporcionando energía para realizar actividades. Solo tómalo con calma y no te exijas demasiado. Escucha a tu cuerpo”.

Vía Men’s Health UK

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