¿Qué hacer si empiezas a perder la audición?
Perder la audición es una epidemia silenciosa que impacta a millones de hombres alrededor del mundo. El cuerpo siempre busca adaptarse y la tecnología puede hacer la diferencia.
En el año 2018, sufrí una lesión que dañó mi oído izquierdo y prácticamente destruyó mi audición en el derecho. Por supuesto, previo a esto nunca me había imaginado que un día sería una persona parcialmente sorda, pero quizá debí haberlo sabido. De acuerdo con los National Institutes of Health, hay decenas de millones de hombres mayores de 18 años que reportan tener problemas de audición. Además, la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health afirma que ese número continuará creciendo en las siguientes décadas. Este problema no sólo afecta la comunicación con otros, también está relacionado con soledad y depresión. Un reporte reciente publicado en The Lancet muestra que si sucede en la mediana edad, está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar demencia. La pérdida de audición es una epidemia silenciosa. Cuando la sufres, resulta difícil entender lo que dice la gente en las fiestas, las multitudes te abruman y te sientes más viejo que tus padres. Pero lo peor para mí fue despedirme de la música.
Mi artista favorito de todos los tiempos, Bob Mould, lanzó un nuevo álbum titulado “Sunshine Rock” en la primavera posterior a mi accidente. Probablemente tengas otro artista favorito, pero a mí Bob me acompañó durante varias décadas. Después del accidente, necesitaba que continuara siendo mi compañero, pero cuando puse las canciones, no podía procesarlas. Esto porque soy sordo de un lado, de manera que perdí la escucha binaural. Esto es la posibilidad de determinar la ubicación de un sonido. También perdí el efecto sumatorio, gracias al cual el cerebro interpreta los sonidos que vienen de los dos oídos como algo más fuerte que si sólo los escucharas con uno.
Bob Mould toca muy fuerte. “Quería que el sonido fuera algo abrumador para la gente”, me dijo sobre los principios de su carrera. “Era ridículamente escandaloso en el escenario”.
Gracias a eso, y al hecho de pasar tanto tiempo cerca de las bocinas al tocar, Bob se provocó un caso permanente de tinnitus. Para él, este era el precio de hacer su trabajo y no tenía problema con pagarlo.
“En cuando se presentó, se convirtió en una especie de sombra con la que trabajo. Lo veo como un gaje del oficio. No me alarmó, simplemente pensé ‘¿Y qué creías que sucedería?’”.
Pero ni siquiera la ruidosa guitarra de Bob podía llegar hasta mi cerebro con fuerza. Eso es lo que provoca la pérdida de la audición: la música desaparece, y con ella el mundo como lo conocías. Lo que recibí a cambio es una especie de ruido ambiental que es difícil comprender del todo. Cuando esto ocurre, puedes escuchar las canciones, pero no en su totalidad, y necesitas cada nota para que la música eche raíces en tu mente y puedas hacerla parte de tu vida. Es increíblemente cursi decir que no hay nada como la música, pero es cierto, tanto en términos fisiológicos como psicológicos. La música genera beneficios tangibles para la salud. Puede mejorar la circulación, reducir el estrés y liberar un torrente de hormonas. Es por eso que los padres ponen música a sus recién nacidos y les cantan. La música es relajante y, sobre todo, divertida. Necesitas música en tu vida. Es el medio perfecto para comunicar el amplio espectro de emociones humanas. Pero eso es un problema para personas como yo. Escuchar música no es fácil. “Hay tonos muy bajos y también muy altos”, dice Michael Morikawa, Au.D., audiólogo del MedStar Georgetown University Hospital. “El tono es muy importante para poder identificar una melodía y puede ayudarte a distinguir múltiples instrumentos”.
Puedo escuchar a la gente cuando habla si estamos solos, pero no si intentamos conversar en un estadio. Una vez que aparecen otras capas de sonido, separar unas de otras se vuelve imposible. Es precisamente así como funciona la música, en capas, así que es una prueba muy exigente para tu sistema auditivo. Si ambos de tus oídos funcionan bien, probablemente ignores cuánto trabajo tienen que hacer para interpretar una variedad de instrumentos, voces y sonidos ambientales al mismo tiempo. Y esto es distinto para cada persona. Josh Wynn, un ingeniero de audio, me explicó que esta subjetividad presenta ciertos retos. “Es por eso que hay una lucha constante entre los ingenieros de audio y los músicos”.
Muchas personas que experimentan pérdida de la audición dejan de escuchar música por completo o sólo escuchan música que ya conocían. La música nueva simplemente no puedes procesarla, pero si escuchas algo que ya habías oído 100 veces, la memoría llena los espacios en blanco. Aún así, es algo difícil. Escuchas lo suficiente para saber de cuánto te estás perdiendo.
Yo no quería perder la música. Ya había perdido suficientes cosas, así que la quería de vuelta. Afortunadamente, tenía dos herramientas a mi disposición: tiempo y tecnología moderna.
En cuanto a lo primero, si experimentas cualquier tipo de pérdida sensorial, tu cuerpo aprenderá a adaptarse. Josh Stohl, director de investigaciones de la compañía de implantes auditivos MED-EL, afirma que “hay muchas evidencias de que el cerebro se adapta cuando no recibe estímulos de parte de ambos oídos. Se reorganiza y dice ‘no estoy recibiendo nada de este lado, así que usaré ese espacio para otra cosa’”. Por tanto, tu cuerpo se ajusta y comienza a escuchar de forma más “normal” cuanto más tiempo pasa. Es algo que me ocurrió a mí. Cuatro meses después del lanzamiento de “Sunshine Rock”, y después de recibir un aparato para mi oído bueno, volví a poner el disco. No sé si lo hice por curiosidad o desesperación, pero lo que recuerdo es que, por fin, volví a escuchar la música en el centro del cerebro, no sólo a un costado. Podía registrarla y disfrutarla. Así ha continuado desde entonces.
Luego está la parte tecnológica. Junto con el aparato, recibí un implante coclear (fabricado por MED-EL y no, no me pagaron por escribir esto) para el oído que ya no servía. Este tipo de implante incluye un procesador externo que se pega a la cabeza y transmite sonido a través de una serie de electrodos directo a la cóclea. En cuanto lo activaron, la escucha binaural y el efecto sumatorio volvieron. Me costaban trabajo las guitarras, pero después de que Wynn y Morikawa me enseñaron a ajustar los niveles del implante, el problema se resolvió.
Perdí la música durante un lapso de mi vida y sé exactamente cuánto tiempo y trabajo se necesitan para que regrese. Si pierdes la sintonía con ella, ya sea por pérdida de audición o alguna otra razón, es posible que encuentres el camino de vuelta. La música desea ser escuchada.
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Tu guía para la revolución de la audición
Esto es lo que debes saber sobre los aparatos para la audición, de acuerdo con Meagan P. Reed, Au.D., directora de audiología del hospital Mass Eye and Ear.
No todos los dispositivos valen la pena
Hay una gran variedad de opciones, pero no todas están diseñadas para ayudar con la pérdida de audición. Los amplificadores personales de sonido (PSAPs), están regulados como electrónicos de consumo, no como aparatos médicos, de manera que no hay sanciones si no funcionan como prometen. Para una mejor experiencia puedes usarlos con micrófonos direccionales para conversaciones cara a cara o Bluetooth para televisiones y celulares.
La tecnología que podría ayudarte
Hay una nueva ola de dispositivos ITE (se colocan en el pabellón auditivo) e ITC (se ubican en el canal) que usan conducción aérea y son para personas mayores de 18 años que experimenten una pérdida leve a moderada de la audición, es decir aquellos que tengan problemas para escuchar a la distancia o en entornos ruidosos.
Consulta a tu doctor
Las personas que experimentan pérdida de la audición podrían pasar por alto algunos problemas médicos relacionados como la acumulación de cerumen, lo cual si no se resuelve podría empeorar su condición. Adicionalmente, si el aparato no es colocado correctamente, no podrás experimentar los beneficios al máximo. Es muy útil recibir una asesoría personalizada de parte del experto.
Este artículo salió publicado en la edición julio/agosto 2023 de Men’s Health México y Latinoamérica.