Signos de que estás atrapado en una mentalidad de escasez y cómo liberarte

¿Sientes que nunca hay suficiente tiempo, dinero, oportunidades o completa la frase? ¿Siempre estás tratando de terminar tu lista de pendientes o luchando para tomar decisiones? ¿Rara vez dices “no” cuando alguien te pide que hagas algo?

Los terapeutas tienen un término para este tipo de pensamiento: mentalidad de escasez.

“La mentalidad de escasez no permite mucha gracia para uno mismo”, dice Jordan Bierbrauer, LCSW, un terapeuta de Thriveworks especializado en ansiedad, estrés y conflicto. “Alguien con una mentalidad de escasez puede estar pensando que todo lo necesario para un futuro brillante y seguro se está volviendo escaso”.

Por qué algunas personas desarrollan una mentalidad de escasez y otras que enfrentan circunstancias idénticas no lo hacen, no está claro, dice Katarena Arger, LMFT, directora clínica en Alter Health Group.

“En algún momento, muchos de nosotros hemos reflexionado sobre lo que podría mejorar en nuestra vida si tuviéramos A, B o C”, dice Arger. “Sin embargo, si la ausencia de lo que tienes o deseas se convierte en el foco de tus pensamientos todos los días, esto puede empezar a apoderarse de tu vida”.

Una mentalidad de escasez despierta muchas emociones: culpa, enojo, envidia, molestia e incluso desesperanza. Esos sentimientos pueden afectar tus relaciones y tener un impacto general en tu salud mental, dice Bierbrauer. También hay toda una profecía autocumplida en todo esto: estás tan centrado en sentir que no tienes lo suficiente de lo que necesitas que no puedes avanzar en la vida.

También podrías acabar siendo pesimista, impaciente, intensamente competitivo y controlador, dice Arger. Es posible que siempre sientas que estás atrasado o que sobreprogramas tu tiempo.

Dicho esto, hay ayuda: “Aprender a manejarlo puede ayudarte a vivir mejor y tener mejores relaciones, más motivación y más autoestima”, dice Bierbrauer.

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¿Qué es una mentalidad de escasez?

En su libro “Scarcity Brain“, Michael Easter escribe que la reacción a la escasez no es nueva, sino “un sistema de comportamiento antiguo que evolucionó naturalmente en la mente humana para ayudar a nuestros antepasados a sobrevivir”. Los científicos notaron la mentalidad de escasez y la reacción a las señales de escasez ya en 1795.

Pero, un cerebro de escasez no tiene sentido en el “mundo moderno de la abundancia”, escribe Easter. De hecho, puede funcionar en tu contra.

No hay nada malo en esforzarte, emprender nuevos proyectos o nunca terminar listas de tareas pendientes. La mentalidad de escasez no es ambición (¡eso es saludable!). Es cuando empiezas a obsesionarte por la falta de algo, ya sea tiempo, dinero, habilidad, hasta el punto de que comienza a afectar negativamente tu vida o la vida de los demás.

Las personas a menudo experimentan escasez si crecieron o actualmente viven por debajo del nivel de pobreza, según la Cleveland Clinic. Pero no tienes que experimentar la pobreza para sufrir porque una mentalidad de escasez no siempre se trata de dinero. Podría ser desencadenada por eventos como perder tu trabajo, intentar perder peso, terminar una relación o incluso revivir traumas del pasado.

Señales de la mentalidad de escasez

• Si crees que podrías estar viviendo con una mentalidad de escasez, considera esta lista de señales:
• Piensas que siempre pierdes y otros siempre ganan.
• Ves a los demás como competidores.
• Eres demasiado controlador.
• Eres pesimista.
• Sientes que siempre estás atrasado.
• Eres impaciente.
• Sobreprogramas tu tiempo.
• Te sientes deprimido o paralizado.
• Dices sí a oportunidades que no son adecuadas para ti porque temes que no recibirás otras oportunidades.
• Luchas con la concentración.
• Te sientes insatisfecho.
• Experimentas baja autoestima.
• Crees que no eres suficiente.
• Te comparas con los demás.

Si marcaste muchas de estas casillas, es posible que, de hecho, tengas una mentalidad de escasez. Aunque pueda estar afectando tu salud mental, es posible salir de ella.

Si te encuentras marcando muchas de estas casillas, es posible que, de hecho, tengas una mentalidad de escasez. Aunque pueda estar afectando tu salud mental, es posible salir de ella.

Cómo afecta la mentalidad de escasez a la salud mental

La escasez “consume recursos cognitivos”, como la memoria, la atención y el control del comportamiento, muestra la investigación. La mentalidad de escasez también obstaculiza la capacidad de alguien para empatizar con los demás y puede “influir en las emociones y comportamientos sociales”, sugiere un estudio de 2023 publicado en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience.

Crea una “mentalidad difícil de lograr”, lo que podría llevar a la depresión, la ansiedad, la desesperación y el arrepentimiento, dice Bierbrauer. “También podría causar disregulación emocional en una persona, ya que sentirse incapaz de completar tareas podría llevar a alguien a cuestionar sus propias experiencias emocionales”.

Una mentalidad de escasez puede exacerbar los sentimientos de depresión, causar baja autoestima, tensar las relaciones y fomentar comportamientos riesgosos, dice Arger. “Una mentalidad de escasez puede evitar la resolución exitosa de problemas, el aprendizaje y la asimilación de nueva información, el control de impulsos y estar completamente presente en la vida”.

La hiperfijación o preocupación por lo que careces puede llevar a tomar decisiones deficientes y generar mucho estrés, agrega.

En las relaciones, podrías sentir que no hay suficiente amor o atención, o permanecer constantemente con el temor de que la relación terminará, dice Arger. También podrías acabar quedándote en una relación no saludable.

Cómo salir de la mentalidad de escasez

La abundancia es lo opuesto a la escasez. El primer paso hacia la abundancia es aceptar tu mentalidad de escasez, dice Bierbrauer.

Permítete sentir estrés y abrumarte, y no te critiques por sentirte así. Pero, dite a ti mismo que esos sentimientos no tienen que ocupar tus pensamientos, dice.

Luego, lucha contra ese estrés cambiando tu enfoque al presente. Comprométete con una práctica diaria básica de atención plena, dice Bierbrauer. Tómate el tiempo para observar tu entorno y anclarte en el momento, es decir, escucha tus cinco sentidos para tomar conciencia de lo que estás experimentando en ese momento.

“Redactar una lista de agradecimiento, decir afirmaciones positivas y buscar personas que sean solidarias y alentadoras en lugar de negativas puede ser de gran ayuda”, dice Arger.

Después de hacer de esto un hábito, comienza a ajustar gradualmente tu pensamiento: “reconociendo las posibilidades, no los límites, enfocándote en aprender, teniendo una mentalidad colectivista y enfocándote en crear algo nuevo”, dice Bierbrauer.

Finalmente, concéntrate en lo positivo en tu vida: tu familia, tu trabajo o tus talentos. Y piensa en la alegría y la satisfacción que estos aportan a tu vida.

Si intentas todo esto y la escasez aún te asusta, o incluso si sientes que es demasiado para hacerlo solo, busca la ayuda de un profesional de la salud mental. Y debes hacer esto especialmente cuando tu mentalidad de escasez está causando estrés diario, interfiriendo en tus relaciones o provocando pensamientos de depresión, desesperación o autolesiones, dice Bierbrauer.

“Es importante darte gracia y ser paciente, ya que es irrealista que estos pensamientos obsesivos desaparezcan de la noche a la mañana”, dice Arger.

Vía Men’s Health