Anécdotas para el Día del Padre: hoy celebro no ser un papá cualquiera
Los hombres vivimos la paternidad de forma distinta.
Mis dos hijas tenían 6 y 3 años cuando me separé de su mamá. En ese momento mi mayor preocupación era cómo lograr que mis hijas no sufrieran durante ese cambio tan drástico. Me acerqué a una gran amiga que, además, es terapeuta infantil, quien me dio un consejo extraordinario: siempre estar presente para ellas. Ser papá de fin de semana o de cada 15 días podría ser muy fácil: sólo consentirlas, hacer cosas divertidas, sin embargo la paternidad ha ido mucho más allá que eso.
Sin importar las circunstancias, siempre me he encargado de ellas. Aunque, algunos años después de mi divorcio volví a iniciar mi vida de pareja con otra persona, mis hijas siempre han sido y serán mi responsabilidad y una de mis principales prioridades. Desde levantarlas, darles de desayunar, bañarlas, vestirlas y arreglarlas (deberían de darme una medalla por cómo he ido mejorando haciendo peinados cada vez más complicados), hasta prepararles su cena y dedicarles tiempo de calidad antes de acostarlas.
Durante su crecimiento, creo que he encontrado un punto medio entre ser un papá buena onda, educarlas, transmitirles valores, entender la personalidad de cada una, fijarles límites y, sobre todo, darles todo el cariño y amor que tengo por ellas.
Hoy han crecido. La más grande está por cumplir 17 años y la chica tiene 14. Se podría decir que, al estar ambas en plena adolescencia, sería complicado, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Ambas son unas niñas extraordinarias, muy centradas para su edad, estudiosas, responsables y aunque son muy diferentes, cada una tiene un don y un ángel que hace que cada día las ame más.
Cada etapa de su vida ha tenido diferentes retos. Hoy podría decir que, a esta edad la influencia y los factores que las rodean se vuelven un reto para cualquier papá. Toda la información que hay en internet, las redes sociales, las series de TV, la apertura que hay sobre la libertad de géneros, sus propios intereses, etc. Pero lo que he aprendido a lo largo de estos años, es que no puedo educar, ni orientar a mis hijas en el año 2023 con mentalidad de los años 70´s (que es como me educaron a mi). El mundo ha cambiado y sobre todo, evolucionado tanto que no podemos quedarnos atrapados en estigmas o creencias sociales o religiosas de otras épocas. Yo les he dado la libertad de escoger lo que les gusta hacer, con quien estar, qué deporte practicar, qué intereses seguir, siempre y cuando vea que nada va en contra de los valores o principios que nos rigen como familia o que atenten contra su propia seguridad.
Me hubiera encantado que les apasionara el CrossFit, que es el deporte que más he practicado en los últimos años, o el tenis que fue el deporte con el que crecí, pero cada una ha elegido cosas diferentes. Para mí lo importante es que hagan ejercicio y que en la medida de lo posible, tengan un estilo de vida saludable. Claro que la base está, en predicar con el ejemplo.
Lo que más les he transmitido es que al mundo venimos a ser felices, sin importar lo que uno haga o con quién esté. Siempre creemos que la debilidad de cada una es algo que hay que reforzar (y eso no lo discuto), pero como papá es todavía más importante alentar las habilidades, talentos y gustos de cada una.
Hoy no celebro ser un papá cualquiera
Celebro ser el afortunado padre de estas dos niñas que alegran mis días cada vez que hablo con ellas, salimos a algún lado, o simplemente nos mandamos un meme chistoso. Dicen que los hijos solo son prestados por un tiempo, y por eso hay que aprovechar cada momento que los tenemos a nuestro lado sin importar distancias o diferentes compromisos de ambas partes.
Erick Fregoso es Socio Operativo de Advent International
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