¿Podemos posponer las citas médicas?
Si tu respuesta ante cuestiones médicas suele ser “sí, luego lo vemos”, podrías estar corriendo riesgos innecesarios.
Lo entendemos. Acudir a una consulta médica usualmente es incómodo y costoso. Nadie despierta con ganas de que le hagan un examen físico o le introduzcan una aguja en el brazo, pero en ocasiones una prueba muy simple y una breve conversación con un especialista pueden ahorrarte problemas, sufrimiento y dinero a largo plazo. Si has estado lidiando con alguna molestia pero has optado por posponer la atención médica, es hora de ponerle fin a esa espera, amigo. A continuación repasamos algunas de las situaciones que los hombres tienden a ignorar y las posibles consecuencias.
La situación: dolor en el pecho
Hay pocas cosas más serias que la salud de tu corazón. Si sientes que no está funcionando como debería, todo lo demás debe pasar a segundo término y necesitas atenderte.
El costo de retrasarlo: incluso si sobrevives a un ataque cardiaco, retrasar el tratamiento puede dejar a tu corazón más débil y susceptible de sufrir daños, de acuerdo con Santiago García, M.D., internista del Minneapolis Heart Institute. Posponer la atención también significa un mayor riesgo de fallo cardiaco y arritmias.
Ponte al corriente: si experimentas dolor en el pecho, presión que dure más de 10 minutos o dificultades para respirar, llama al 911. Hay señales adicionales de que podrías sufrir un ataque cardiaco como hormigueo en el brazo, indigestión o sentirte cansado con esfuerzos muy ligeros.
La situación: tienes que hacerte estudios de sangre
Casi un tercio de los adultos suelen saltarse estudios de rutina como una evaluación médica anual, en la que un médico puede detectar problemas con la presión, el colesterol o azúcar en sangre.
El costo de retrasarlo: todos los valores que estén fuera de los rangos de referencia merecen atención, pero el azúcar en sangre tiene un mayor impacto de lo que la gente cree. Una gran variabilidad puede dejarte sin energía, someter a tu corazón a presión adicional y dañar tus riñones, ojos y nervios. Si tienes diabetes y los vasos sanguíneos que conducen a tus extremidades se estrechan, “puedes pasar de un pie normal a uno con gangrena en cuestión de meses”, dice el cardiólogo Foluso Fakorede, M.D.
Ponte al corriente: hazte la prueba sanguínea. El Dr. Fakorede recomienda pedir también una prueba de hemoglobina A1c, la cual muestra un panorama más amplio de los niveles de azúcar en sangre a lo largo del tiempo. En la consulta posterior, tu médico puede explicarte el impacto de factores como alimentación, ejercicio, estrés, depresión y consumo de alcohol.
La situación: una colonoscopía que estás evitando
Los hombres deberían hacerse esta prueba de manera regular a partir de los 45 años (la frecuencia exacta depende de tus factores de riesgo y los resultados).
El costo de retrasarlo: si el médico no descubre el cáncer mientras está contenido en el colon, puede esparcirse a órganos como el hígado y los pulmones, dice William Cance, M.D. de la American Cancer Society. “Cuando eso ocurre, las probabilidades de un tratamiento exitoso se reducen considerablemente”, explica.
Ponte al corriente: si alguien en tu familia ha tenido pólipos o cáncer colorrectal, esta prueba es especialmente importante para ti. Un historial familiar eleva tu riesgo en 5 a 15% y podría significar que necesitas hacerte la prueba antes de los 45 años. Si notas sangre al evacuar o cambios en tu digestión, habla con un médico, independientemente de tu edad.
La situación: dolor de rodilla
Esto es más común en personas activas y la probabilidad de que lo experimentes aumenta conforme a la edad. Sin embargo, eso no significa que si eres un hombre joven que no hace ejercicio deberías ignorarlo.
El costo de retrasarlo: podrías terminar con un daño más grave o una recuperación que tome más tiempo. Por ejemplo, las personas que retrasan una reparación del ligamento cruzado durante tres meses son más propensas a sufrir daños en los meniscos que quienes se atienden dentro de las primeras tres semanas. Además, hay que pensar en el dolor de la artritis (la razón detrás de muchos reemplazos de rodilla), el cual puede dificultar el movimiento y provocar ganancia de peso.
Ponte al corriente: entra en modo “prehabilitación”. Esto es como rehabilitación preventiva, mediante ejercicios como extensiones de pierna y curls para isquiotibiales. Esto mantendrá fuertes a los músculos que rodean a la rodilla. Nadar es una forma de mantener el acondicionamiento, explica Charles Nelson, M.D., del hospital de la University of Pennsylvania. Si necesitas medicamentos para continuar activo, habla con tu doctor sobre el consumo de analgésicos o inyecciones de cortisona en lo que puedes agendar tu cirugía.
Este artículo salió publicado en la edición de mayo de Men’s Health México y Latinoamérica.
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