Antes de empezar a correr: comienza a caminar
Inicia poco a poco y ve progresando con el tiempo. Esto no es un sprint.
A menos que lleves un tiempo ejercitándote de forma consistente, empezar a correr desde el día uno no es lo más recomendable. Esto de acuerdo con Steven Blair, profesor de ciencias del ejercicio y epidemiología en la University of South Carolina. “Primero necesitas adquirir el hábito de hacer ejercicio”. Esto te dará una base a partir de la cual puedas exigirle a tus huesos, músculos y tendones sin lastimarte. Lo ideal es caminar primero.
Muchos corredores que apenas comienzan le temen a la palabra “caminar” como si se tratara de una trampa. Pero no sólo es una actividad válida, sino que es, de hecho, la mejor forma de ejercicio para quienes están empezando desde cero. Es gratis y lo puedes hacer en cualquier sitio y en cualquier momento.
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Caminar requiere de un rango de movimiento similar a correr, pero con menos impacto en caderas, rodillas y tobillos. Dado que no te estás moviendo tan rápido, no golpeas el suelo con tanta fuerza y eso lo hace más gentil.
“Cuando corres, hay un punto en que ambos pies están despegados del suelo al mismo tiempo y cuando aterrizas, el impacto puede ser equivalente a dos o tres veces tu peso corporal”, afirma la fisióloga del ejercicio, Janet Hamilton. Sin embargo, cuando caminas, en todo momento uno de tus pies está en contacto con el suelo. Eso reduce drásticamente el impacto en los huesos y articulaciones, a comparación del running, de manera que puedes ir fortaleciendo tu zancada, algo que te será útil cuando comiences a incrementar la velocidad.
Adicionalmente, contrario a lo que podrías haber escuchado, cuando comiences a correr, hacer intervalos de caminata te permitirá pasar más tiempo entrenando, lo cual redundará en una mayor quema de calorías. No es cierto que alternar entre correr y caminar te canse más, puede ser una muy buena estrategia. “Esto puede ser la diferencia entre ser capaz de ejercitarte por 20 minutos o por 60”, dice Jeff Gaudette, fundador de Runners Connect, “y para efectos de los beneficios cardiovasculares, eso es una diferencia enorme”.
Caminar ayuda a reforzar el hábito de salir a moverte y te permite mantener una rutina. Es también una forma de explorar los alrededores de tu casa o los parques que eventualmente serán las rutas que recorras cuando quieras correr.
