Qué es el ‘síndrome de Voldemort’ y cómo puede afectarte tras una ruptura amorosa
Cada uno intenta lidiar con las rupturas de la mejor manera posible aunque, a veces, sanar completamente es complicado y lleva más tiempo del deseado.
Una ruptura puede llegar a ser una experiencia emocionalmente muy compleja. Es inevitable que en un primer momento estemos desorientados y sintamos mucho dolor y soledad. Mil sentimientos se agolparán en nuestro corazón y nuestra mente. Son momentos inevitables y de los que es complicado escapar.
Con el tiempo, poco a poco iremos procesando nuestras emociones, analizando lo que ocurrió e incluso tomar medidas para que los errores que cometimos en el pasado no nos afecten en futuras relaciones, pero no hay un itinerario igual para cada persona y, en ocasiones, nos ocurren cosas inesperadas.
Un ejemplo de esto sería el problema del que hablaremos ahora, el llamado “síndrome de Voldemort”, que básicamente consiste en que, tras una ruptura, necesitamos borrar todo rastro de nuestra expareja.
No solo hablamos de devolverle sus cosas o dejar de verla o verlo, sino de ocultarla en redes sociales, dejar de frecuentar los sitios a los que sabemos que puede acudir, prohibir que nos hablen de él o ella e, incluso, dejar de pronunciar su nombre. De ahí es precisamente de donde saca su denominación, Voldemort, por ser este en la saga Harry Potter, “el que no debe ser nombrado”.
Este síndrome se caracteriza por intentar borrar no solo el nombre de la persona, sino también intentar acabar con todos los recuerdos de esa relación: fotos, regalos, recuerdos de viajes juntos, cualquier tipo de objeto o mueble que nos recuerde a la persona e incluso cambiarse de piso, de ciudad, etc. La idea es eliminar a esa persona de nuestro pasado para hacerlo también de nuestro presente y de nuestro futuro.
Este (bautizado como) síndrome, no deja de ser una forma más de intentar superar una ruptura de la mejor manera posible y de la más rápida. Es una forma extrema del popular “contacto cero”, pero también es cierto que puede tener un curioso e indeseado efecto.
Porque es posible que este empeñarnos tanto en eliminar a una persona, haga precisamente que acabemos pensando todavía más en ella. Que esa ausencia autoprovocada y militante consiga que no paremos de pensar en ella. Algo que alargaría innecesariamente el periodo de duelo.
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Una alternativa al síndrome de Voldemort
Si bien, como hemos dicho antes, cada un intenta salir del dolor de una ruptura de la mejor forma posible, la mayoría de especialistas no recomiendan tomar medidas tan extremas.
Según la psicóloga Lucía Camín, psicóloga del dentro de psicología Alcea, las claves para salir de una ruptura con éxito pasan por evitar el contacto con la expareja, sí, pero no de una forma tan extrema. Es necesario evitar las interferencias que supone encontrar a esa persona todo el tiempo, pero tampoco es necesario borrar su huella.
Por otro lado, respetar el propio ritmo de recuperación es fundamental. No se debe forzar la superación de la pérdida, permitiendo que las emociones se desarrollen naturalmente en cada fase, desde la negación hasta la aceptación.
La expresión y procesamiento de las emociones dolorosas son esenciales en el proceso de duelo. Apoyarse en otros, buscar consuelo en relaciones de confianza y utilizar estrategias como escribir un diario para expresar nuestros sentimientos contribuyen a una gestión más saludable de las emociones. Además, aprender a estar solo, valorarse y desarrollar el autoapoyo son aspectos importantes durante esta época complicada.
Según la doctora, diversos estudios psicológicos sugieren que, aunque una ruptura es emocionalmente impactante, si se maneja adecuadamente, puede ser una fuente de crecimiento personal.
Finalmente, superar la pérdida también implica aprovechar el tiempo libre para realizar nuevas actividades. Explorar intereses, socializar con amigos, viajar, hacer ejercicio, y dedicarse a proyectos creativos son formas de retomar el control de nuestra vida con energía positiva.
Via Men’s Health Es
