Erik Hayser: La vida es ahora

Visto a gran escala, nuestro paso por este mundo es tan breve como un suspiro. Hacer de nuestros días una búsqueda constante de experiencias y aprendizajes es la mejor manera de honrar este regalo. Por lo menos es así como lo ve Erik Hayser, y esa es una perspectiva que compartimos en MH. Conversamos con él sobre el valor del tiempo, las lecciones que brinda el tenis (una de sus más grandes pasiones) y los retos y oportunidades que traen consigo las plataformas digitales.

La primera conversación que tuve con Erik Hayser fue en el año 2017, cuando lo entrevisté, igual que ahora, para la portada de Men’s Health. Él tenía 36 años y yo 26. Recuerdo que causó una muy grata impresión en mí por su puntualidad (una cualidad que no todos sus colegas comparten) y, sobre todo, su amabilidad. Así lo registré en ese momento: “Llegué con 15 minutos de anticipación al sitio donde acordamos vernos y Erik ya se encontraba ahí, esperando pacientemente. Comenzamos a charlar y, a diferencia de lo que ocurre con otras personas con agendas tan apretadas como la suya, de inmediato me quedó claro que es uno de esos hombres que te brindan el cien por ciento de su atención cuando hablas con ellos”. Reproduzco ese fragmento porque creo que envejeció muy bien. Tras reencontrarme con él hace unas semanas, me quedó claro que no me equivoqué en aquella ocasión.

Con 44 años, hoy Erik está pasando por una etapa distinta de su vida. Es un actor más maduro y ahora está desempeñando un nuevo rol, el más importante de todos: padre de familia. “He coleccionado una infinidad de instantes desde aquel momento hasta ahora”, me dice cuando le cuento que han pasado más de siete años desde aquella portada. “Me atrevo a pensar que soy la mejor versión de mí mismo, una versión un poquito más evolucionada y madura”.

Hablando de evolución, hay una cosa que en 23 años de carrera no se había atrevido a hacer, hasta ahora: una comedia romántica. “Siempre busqué proyectos que de alguna manera cimbraran al espectador, que nos generaran cuestionamientos y me hice a un lado de las comedias románticas porque las sentía huecas. Ahora que no estás (una serie de siete capítulos recién estrenada en Prime Video) es un dramedy y me faltaba probarme en ese tono, jugar un poquito con la comedia, pero una comedia que a mí me hiciera sentido, que pudiera literal tocar el alma y el corazón de los espectadores, que pudiera dejar algo a este mundo tan necesitado de mensajes de esperanza. Eso me atrapó”.

Viniendo de alguien que tiene créditos como Ingobernable, Oscuro deseo y Accidente, quizá te sorprenda leer lo siguiente: “Considero que este es el trabajo de mi carrera. Nunca antes me había atrevido a mostrarme como me muestro e irme hasta el fondo de mis emociones, ya sin miedo a ninguna crítica y con el solo propósito de hacer algo que nunca antes había hecho y seguir creciendo y aprendiendo”.

No te voy a contar aquí la trama, sólo diré que nos invita a pensar en el valor del tiempo. Me queda claro lo que esto implica para la vida de Javi, su personaje, ¿pero cómo valora el suyo Erik? “No paro. Siempre estoy buscando más porque tengo la sensación de que la vida es demasiado corta. Esto es mucho más latente a partir de que nació mi hijo porque tengo un referente del paso del tiempo que está creciendo y cuando yo lo veo crecer, volteo al espejo, veo mis canas y digo ‘¡Mierda, el tiempo pasa demasiado rápido!’. No quiero perder la oportunidad de hacer todas esas cosas que deseo, entonces las hago en presente, las hago hoy, le llamo a la gente que le quiero decir ‘te quiero’. No estoy dejando nada para mañana”.

Lecciones del deporte blanco

“Cuando conversamos hace unos años, me contaste del tenis, que había sido una parte muy importante de tu formación. Incluso jugabas a un nivel interesante, ¿no?”, le pregunto vía Zoom un par de días antes de la sesión fotográfica. “Sin duda es mi gran pasión. Hay mucho de la manera en la que se cuenta en el tenis que es una analogía de la vida. A veces te encuentras empatado, a veces te encuentras en ventaja en alguna situación y a veces te encuentras en desventaja. Si bien es una competencia en la que participan dos jugadores, en realidad tiene mucho más que ver con lo que uno haga consigo mismo para poder ganar un partido. Federer lanzó unas cifras el otro día que hablan mucho de lo que es el tenis”, cuenta. Sé perfectamente de lo que habla. En un discurso que dio en Dartmouth College, Roger dice lo siguiente: “De los 1,526 partidos de singles que jugué, gané casi 80%. ¿Qué porcentaje de puntos creen que gané en esos partidos? Sólo 54%. En otras palabras, incluso los jugadores mejor clasificados ganan apenas arriba de la mitad de los puntos que disputan. Cuando pierdes en promedio cada segundo punto, aprendes a no obsesionarte con cada uno”. Es una reflexión profunda que va mucho más allá del deporte. “Cuando sacó esta cifra dije ‘¡Claro! Por eso me gusta tanto el tenis, porque es ese lugar en donde uno se tiene que probar a sí mismo que puede levantarse una y mil veces y seguir adelante’”, continúa Erik. “Mucho del éxito en la vida depende de la cara que uno le ponga, de tu resistencia, tu empuje y tus ganas”.

Un esfuerzo colaborativo

Una diferencia importante entre el tenis y el trabajo del actor es que cuando vemos a Carlos Alcaraz en la cancha, con los antebrazos tensos y la frente cubierta de sudor, tenemos una noción clara del esfuerzo que está haciendo, del trabajo que hay detrás de su obra. Cuando vamos al cine o vemos una serie en casa, no solemos pensar en todo lo que ocurre detrás de la cámara. “Es un deporte extremo que se vuelve prácticamente adictivo, sobre todo por cómo se hacen las cosas en México”, explica Erik. “Aquí se trabaja con presupuestos muy apretados, lo que quiere decir que tienes muy poco tiempo para hacer las escenas y eso hace que los actores tengamos que ser muy efectivos, muy precisos, y a veces no tienes una segunda oportunidad. Eso requiere una preparación y uno tiene que trabajar a veces el doble de lo que trabajan en otros países”. Otra diferencia es la cantidad de personas que colaboran para que las cosas salgan como se espera. “Es un engranaje que tiene que caminar en una sincronía perfecta para que una escena quede. El micrófono debe estar bien puesto, no lo debe ver la cámara, no debe rozar con la ropa. Tienes que decir tu texto correctamente pero tiene que estar en sincronía con lo que está diciendo el otro, tiene que haber verdad. También hay alguien con el boom y hay que cuidar que no se meta a la mitad de la escena, que la cámara funcione bien, que no pasen aviones, que no se atraviese alguien por detrás… Es una avalancha de cosas que pueden salir mal y cuando las cosas quedan bien es hermoso. Yo siempre he creído en el trabajo en equipo. El cine, la televisión y el teatro se hacen con el esfuerzo de muchísimas personas. Si bien nos toca a nosotros dar la cara, no seríamos absolutamente nada sin el trabajo de todos”.

Un mundo nuevo

Si hay algo que me deja claro la conversación hasta este punto es que Erik es un tipo apasionado y generoso, alguien que reconoce la importancia de colaborar con otros, pero hay una cualidad adicional que se vuelve evidente con su respuesta ante la siguiente provocación y es su optimismo. “Actualmente, el cine y la televisión deben competir con las redes sociales por la atención de la gente y estamos cada vez más acostumbrados a ver contenidos que duran apenas unos segundos. Invitar a alguien a que vea una serie de siete capítulos es complicado”, le digo, consciente de que el panorama que le estoy presentando no es nada halagador. “Es una realidad y tenemos que adaptarnos”, afirma. “Nos toca ser mucho mejores para lograr captar la atención, para poder mantenerlos en la pantalla. Siempre apostaré a que sigamos contando cosas, a que la gente siga yendo al cine y al teatro, pero sin duda también hay que adaptarnos a todo esto que está sucediendo y lejos de preocuparme, más bien me ocupa y me emociona. ¿Cómo puedo acercarme a las nuevas generaciones? ¿Cómo puedo contarles el cuento de la forma que ellos necesitan para captar su atención?”. Este optimismo también influye en la manera en la que aborda el trabajo con sus colegas: “Ya soy un actor en etapa madura, entonces veo a todas estas nuevas generaciones y veo la manera en la que trabajan y lejos de sentir que lo que yo hacía era mejor, que estábamos mejor preparados o que se han perdido las tradiciones, creo tengo mucho que aprender de ellos”.

Arte en la muñeca

Para cerrar la conversación, vuelvo al tema con el que iniciamos: el tiempo. Así como podemos registrar su paso mediante las marcas que deja en nosotros, contamos con instrumentos diseñados específicamente con ese propósito. A lo largo de este artículo, Erik luce varios de ellos. “¿Para ti qué significa portar una pieza de relojería suiza en la muñeca?”, le pregunto. “Lo respeto muchísimo. Le ponen tantas horas y tanto cuidado que ¿cómo no apreciarlo? Casi todo se hace a mano y entonces cuando traigo una pieza de relojería digo ‘¿cuántas manos y cuántos años de estudio hay puestos en mi muñeca?’. Eso me parece apasionante”. 

Los relojes pueden ser también un reflejo de nuestra personalidad y es el caso de los elegidos para esta sesión. “Hablando de Rado específicamente, creo que hay muchas cosas en las que somos como espejo: es una marca que ha patrocinado el tenis desde hace más de 30 años y han sobresalido por arriesgarse a cambiar. Me identifico mucho con ellos. No solamente le están apostando a lo que se usa hoy, sino a lo que se va a usar en el futuro también. El tema de la cerámica me parece de las grandes cosas que le han sucedido a la relojería. Brinda la posibilidad de tener un material que es superresistente, pero que no se calienta ni se enfría, se siente increíble y casi no se raya”. ¿Su favorito entre las piezas que se ven aquí? “El Captain Cook”, me dice sonriente. Estoy completamente de acuerdo.

No tengo idea de lo que pasará en los siguientes siete años, pero me queda claro que no nos faltarán temas sobre los cuales hablar en nuestro próximo encuentro.

Lo que ha visto y leído Erik recientemente

Series: The Bear (2022-) de Christopher Storer y Peaky Blinders (2013-2022) de Steven Knight

Libro: No matarás de Ana Sofía González (Alfaguara)

Créditos adicionales:

Styling Pierina Feria

Grooming Luisiana López

Asistente de moda Andrea Hernández para VP Style

Asistente de foto Francisco Pérez

Locación The St. Regis Mexico City

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