¿De verdad existe un “huequito” especial para el postre?
Aunque estés lleno, ese postre es simplemente irresistible.
Lo conoces bien: después de una comida abundante, te sientes completamente satisfecho, pero cuando alguien menciona el postre, parece que mágicamente aparece espacio para más. A menudo, esto se refiere con humor como el “huequito para los postres”. Pero, ¿realmente existe o es solo una excusa para disfrutar de un helado?
¿Qué dice la ciencia?
Para dejarlo claro: no existe un compartimiento físico especial para los postres. Nuestro estómago es una unidad, sin espacio adicional destinado específicamente a lo dulce. Sin embargo, muchas personas sienten que siempre pueden comer algo rico, incluso cuando están llenas. La ciencia tiene una explicación para esto, y se llama “saciedad sensorial específica”. Básicamente, cuanto más comes de lo mismo, menos apetito tienes por ese alimento. Pero cuando te presentan algo completamente diferente, como un postre dulce después de una comida salada, de repente sientes hambre nuevamente.
¿Cómo funciona esto?
Cuando comes, tu estómago e intestinos envían señales al cerebro para indicarte que estás lleno. Estas señales están mediadas por hormonas como la grelina, que estimula el hambre, y la leptina, que te da la sensación de saciedad. También está la colecistoquinina (CCK), que juega un papel importante, especialmente después de una comida rica en grasas y proteínas. Esta hormona ayuda en la digestión y contribuye a que te sientas satisfecho.
Pero hay algo más interesante: la dopamina. Este neurotransmisor es responsable de la sensación de placer en el cerebro. Comer, especialmente algo delicioso, provoca la liberación de dopamina. Este es el mismo sistema que se activa con otras actividades placenteras, como hacer ejercicio o escuchar música. Entonces, cuando ves esa tiramisú, crème brûlée o pastel de chocolate, tu cerebro reacciona de inmediato: “¡Lo quiero!”
Trucos psicológicos
Además de la fisiología, también hay un componente psicológico. Es común terminar una comida con algo dulce; es casi una tradición. Y sí, los humanos somos criaturas de hábitos. Aunque estés lleno, la idea de un buen postre puede ser simplemente irresistible. Un postre ofrece justo lo que anhelas en ese momento: un nuevo sabor, textura y aroma que rompen con lo que has estado comiendo.
En resumen
¿Existe el “huequito para los postres”? No en un sentido literal, pero hay suficientes razones para que siempre parezca haber espacio para algo dulce. Así que la próxima vez que estés con amigos y alguien ofrezca postre, sabrás que es tu cerebro el que está pidiendo ese extra. Mantén el equilibrio en tus macros, y un postre ocasional no hará daño. ¡Disfrútalo!
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Vía Men’s Health NL