El lugar ideal para desconectarte sin perder el estilo
Villas Flamingos en Holbox ofrece descanso consciente, gastronomía brutal y actividades de reconexión con propósito.
En la agenda masculina contemporánea, el descanso dejó de ser un lujo para convertirse en una necesidad. Y si lo vas a hacer, hazlo bien: elige un destino que esté a la altura. Holbox, esa isla mexicana con alma salvaje, es ese lugar. Con playas vírgenes, cielos imposibles y una energía que reinicia, aquí se viene a parar para avanzar.
Uno de los refugios más auténticos y completos de la isla es Villas Flamingos. Frente a Punta Mosquito, este hotel no es solo hospedaje: es un espacio de pausa y reinicio. Con 41 habitaciones diseñadas para bajarle el volumen al mundo y subirle a tu bienestar, cada rincón está pensado para conectar con el presente.
Los espacios son funcionales y visuales: arquitectura bohemia sustentable, materiales naturales, cero plásticos y un lobby de bambú diseñado por Alejandro D’Acosta que remite a un lujo simple, pero poderoso. Jacuzzi, suites elevadas, pisos de arena y una vista que no se negocia: el Caribe en su máxima expresión.
Si piensas que descansar es solo dormir, aquí cambias de idea. Villas Flamingos ofrece actividades que suman al cuerpo y también al espíritu. Desde yoga frente al mar y sound healing hasta ceremonias mayas y caminatas por bancos de arena. Es un “all inclusive” físico, emocional y mental.
Bioluminiscencia: naturaleza al máximo nivel
Uno de los fenómenos más espectaculares de Holbox es la bioluminiscencia. En noches sin luna, el mar se convierte en un espectáculo de luces azules. El plan: recorrer Punta Cocos o Punta Mosquito en kayak o lancha y presenciar cómo la ciencia y la magia se dan la mano en el agua.
La bioluminiscencia ocurre por microorganismos marinos que emiten luz cuando son agitados. Eso significa que cada remo, cada movimiento en el agua, cada paso en la orilla genera un destello azul brillante. No se trata solo de verlo, sino de vivirlo: una experiencia inmersiva que te conecta de forma visceral con la naturaleza.
Además de lo visual, hay algo profundamente meditativo en esta vivencia. Mientras todo alrededor permanece en silencio, el mar se convierte en una vía láctea líquida bajo tus pies. Es un recordatorio de lo pequeños que somos frente a la naturaleza… y lo poderosos que podemos ser cuando nos permitimos sentirla.
Comer increíble, beber aún mejor
La gastronomía es otro punto fuerte. En Mangle Restaurante, el chef Juan Uuh convierte cada platillo en un ritual. Cocina de autor frente al mar, totalmente climatizado, ideal para ver el atardecer con una copa de vino o un cóctel en mano. Aquí se viene a comer brutal y beber mejor.
El Mangle Beach Bar, a unos pasos del mar, te ofrece cocteles y platillos sin que tengas que abandonar tu camastro. El plan perfecto para dejarte llevar por el ritmo del día y las vistas del cielo encendido. Puedes probar desde hamburguesas hasta joyas inesperadas como el cheesecake de aguacate.
Descanso y relajación como deber masculino
Si buscas reconectar cuerpo y mente, su Wellness exclusivo es una experiencia en sí misma. Masajes en pareja, tratamientos corporales, faciales, paquetes especiales. Todo está pensado para que salgas de ahí siendo otra versión de ti: más suelto, más claro, más tú.
Villas Flamingos no es para “irse de vacaciones”. Es un punto de retorno. Para reconectarte contigo, observar el horizonte y recordar que el descanso también es disciplina, también es autocuidado.
En resumen, Holbox y Villas Flamingos son una inversión en ti. Porque cuando eliges dónde descansar, eliges cómo regresar al mundo.
Dónde: Calle Paseo Kuka S/N, Playa Norte Holbo Holbox
Reserva aquí.
¿Ya te suscribiste al Newsletter de Men’s Health México y Latinoamérica?
Haz click aquí y recibe las mejores rutinas, consejos para bajar de peso, recomendaciones de salud y todo el contenido que necesitas para convertirte en tu mejor versión.
Síguenos en nuestras redes sociales: Instagram, Facebook, X (Twitter) y Threads
