¿El amor a primera vista es un completo mito?
Perdón a los románticos empedernidos, pero necesitas más que una atracción instantánea para construir una relación real.
El amor a primera vista es una idea sacada directamente de una comedia romántica: mágica, instantánea y perfecta. Hablamos de una fantasía absoluta. Éxtasis en un abrir y cerrar de ojos. Y suena como todo lo que la mayoría de nosotros deseamos cuando se trata de temas aterradores como las citas, el amor y las relaciones. A pesar del escepticismo que muchos dicen tener sobre el amor a primera vista, suele haber una pequeña parte de nosotros que secretamente espera que sea real. ¿Quién no querría cruzar miradas con un desconocido en una habitación llena de gente, sentir una chispa eléctrica y saber en ese instante que es el indicado?
El problema con esta fantasía es que no resiste un análisis profundo.
Cuando las personas hablan de amor a primera vista, generalmente se refieren a un estallido inmediato de atracción o química. Fuegos artificiales, mariposas, una sinfonía tocando en nuestros pantalones. Y aunque esta oleada puede parecer eufórica y cautivadora, no es amor. Lo que realmente ocurre en esos momentos generalmente dice más sobre nosotros que sobre la otra persona.
Primero, desglosémoslo. La persona frente a nosotros es un completo desconocido; no sabemos nada significativo sobre ella para justificar la profundidad de los sentimientos que creemos tener. Lo que realmente estamos experimentando tiene dos aspectos: atracción física y un fenómeno psicológico llamado proyección.
La atracción física es la parte más fácil de entender. Vemos a alguien físicamente atractivo —puede ser su estilo, su confianza, la forma en que se mueve— y nos emocionamos. Esa emoción puede ser sexual, emocional o incluso intelectual, dependiendo de cómo procesemos la atracción. Pero esta chispa inicial es completamente superficial. Se trata de cómo lucen o se presentan, y aunque eso es importante, está lejos de lo que realmente significa el amor. No tiene nada que ver con conocer quién es esa persona. Y—sorpresa—necesitamos conocerla para amar. El amor implica una comprensión mucho más profunda.
La parte más complicada es la proyección. La proyección ocurre cuando inconscientemente ponemos nuestros propios deseos, fantasías y expectativas en la otra persona. Es como tomar un lienzo en blanco y pintarlo con todas nuestras esperanzas y sueños, para luego confundirlo con la realidad. Ups. No estamos viendo a la persona por quien realmente es; en cambio, estamos viendo una versión de ella que se alinea con lo que queremos. En este sentido, el “amor a primera vista” tiene más que ver con nosotros que con la persona sobre la que proyectamos. Creamos una versión idealizada que encaja con nuestra fantasía y nos enamoramos de eso, no de la persona real y compleja que tenemos frente a nosotros.
Este proceso explica por qué las relaciones que comienzan con una gran explosión de química y atracción instantánea a menudo tienden a apagarse cuando la realidad se impone. Nadie puede estar a la altura de la imagen que hemos creado. En contraste, el amor real crece a través de la comprensión, la confianza, las experiencias compartidas y la vulnerabilidad, ninguna de las cuales puede ocurrir en un encuentro casual o con una sola mirada.
Sin duda, la idea del amor a primera vista es romántica y seductora, pero, lamento decepcionarte, es en última instancia un mito. Lo que experimentamos en esos momentos es una atracción intensa y una oleada de energía emocional que tiene mucho más que ver con quiénes somos y por lo que estamos pasando que con la otra persona, y mucho menos con el amor.
El amor real requiere tiempo, paciencia y la disposición de ver a otra persona por quien realmente es, no como un reflejo de nuestros propios deseos y fantasías.
Y si empiezo a hacer que el amor suene mucho a trabajo, bueno, entonces ya estás entendiendo de qué va.
Todd Baratz es terapeuta sexual certificado, autor de Cómo amar a alguien sin perder la cabeza, y creador de @YourDiagnonsense en Instagram, donde desmitifica y aborda los tabúes sobre las relaciones e intimidad modernas. En esta primera entrega de una nueva serie exclusiva de columnas para Men’s Health sobre atracción, Baratz desmonta uno de los mitos más populares de todos: el amor a primera vista.
Vía Men’s Health
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