No todo se trata de dieta. ¿Le estás dando más peso a lo que comes que a tu entrenamiento?
Contar tus macronutrientes ofrece cierta utilidad, pero un buen plan de entrenamiento tiene el potencial de transformar tu vida, sin importar qué, cómo o cuándo comas.
No recuerdo la primera vez que escuché la frase “ponerse en forma es 80% dieta”. Pero en realidad me genera más dudas que certezas. ¿Lo que quiere decir es que 80% de nuestro esfuerzo debería estar canalizado a perfeccionar la forma en que comemos? ¿O significa que el 80% de nuestros resultados se deben a la dieta, mientras que sólo el 20% dependen del tiempo que pasamos en el gimnasio? ¿Esto es cierto para la ganancia muscular y para la pérdida de peso también? ¿Qué hay del rendimiento? ¿Deberíamos atribuir el 80% del crédito detrás del récord de 9.69 en los 100 m planos de Usain Bolt al centenar de nuggets de pollo que comía cada día mientras estaba en China?
Aunque la mayoría de las personas están de acuerdo con que lo que comemos es muy importante, también saben que la cuestión es más compleja que eso. Aquí una forma útil de ejemplificarlo. Imagina que tienes a una pareja de gemelos que hasta ahora han llevado exactamente el mismo estilo de vida.
Al primer gemelo le brindamos el mejor plan de nutrición posible, diseñado por expertos y acompañado de un chef personal. Este gemelo, al que llamaremos A, sólo debe ejercitarse cuando sienta deseos de hacerlo. Es, primordialmente, alguien sedentario.
Al gemelo B se le otorga el mejor plan de entrenamiento. Se esfuerza mucho en el gimnasio y puede comer lo que sea. Tras ocho semanas, ¿cuál de los dos crees que experimente mayores cambios en su apariencia y rendimiento? Exacto.
Con esto no quiero decir que el gemelo A haya desperdiciado su tiempo, lo más probable es que su salud y humor hayan mejorado sustancialmente, y si su plan de nutrición incluye ponerlo en un déficit calórico, también habrá perdido peso. Pero el punto es que no deberíamos subestimar la importancia del ejercicio. Y eso es precisamente lo que ocurre cuando decimos que es sólo 20% de la ecuación.
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He visto a muchos hombres decepcionados después de esforzarse mucho para tener el plan de nutrición perfecto y no ver resultados en el gimnasio. Lo que ocurre es que no estaban entrenando lo suficiente o con la intensidad necesaria.
Una mejor forma de ver la cuestión es pensar en el entrenamiento y la nutrición como coeficientes. Por supuesto que cuidar lo que comes trae resultados, particularmente en cuanto a la pérdida de grasa, pero si tus objetivos van más allá de lo que dice la báscula, no cometas el error de pensar que una buena alimentación puede compensar un entrenamiento deficiente.
EL EXPERTO: Andrew Tracey es editor en MH UK y tiene más de 20 años de experiencia como entrenador.
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