Durante la Guerra Fría, científicos y entrenadores soviéticos desarrollaron un sistema de entrenamiento exigente y altamente eficaz para sus fuerzas especiales, luchadores olímpicos y atletas nacionales. Los métodos basados en la ciencia que implementaron —desde calistenia con repeticiones altas hasta ejercicios explosivos con pesas rusas y pliometría— siguen influyendo en el entrenamiento deportivo actual.
“Los soviéticos no entrenaban por estética. Entrenaban para la guerra”, asegura el atleta híbrido y autor James Pieratt, de Wild Hunt Conditioning. Los métodos incluían algunos de los enfoques más disciplinados e informados científicamente en la historia del rendimiento humano.
Sin embargo, una advertencia importante: si bien el sistema soviético fue innegablemente efectivo, también está documentado que el dopaje patrocinado por el Estado formaba parte de sus programas deportivos de élite. Un recordatorio de que incluso los métodos más científicos pueden operar en terrenos éticamente cuestionables.
Soldados Spetsnaz
“Los Spetsnaz eran soldados de élite forjados mediante una preparación física y psicológica extrema”, explica Pieratt. “Su entrenamiento combinaba ejercicios brutales de campo con la ciencia deportiva soviética más avanzada. Cada sesión tenía un solo objetivo: crear guerreros capaces de sobrevivir, dominar y resistir tras las líneas enemigas”.
Pieratt asegura que sus métodos se adelantaron por décadas al entrenamiento funcional moderno. “Los Spetsnaz también entrenaban bajo estrés psicológico extremo: ejercicios con los ojos vendados, privación del sueño, clima gélido y maniobras con fuego real. La tolerancia al dolor no era un extra, era obligatoria”.
Científicos deportivos soviéticos como Verkhoshansky y Medvedyev revolucionaron la periodización, la pliometría y la gestión de la fatiga, explica Pieratt. “No eran tipos de gimnasio con portapapeles. Eran ingenieros del rendimiento financiados por el Estado, al servicio de un imperio militar”.
Entrenamiento con pesas rusas (kettlebells)
Cuando se observa el entrenamiento del personal de fuerzas especiales soviéticas de las décadas de 1970 y 1980, es igual de avanzado, preciso y equilibrado que el de cualquier atleta actual, y sus protocolos encajarían perfectamente en un programa moderno de fuerza y acondicionamiento.
“Hacían lo que esperarías: overhead presses, Turkish get-ups, swings con pesas rusas, caminatas con pesas”, dice Pieratt. “Pero también hacían cosas bastante interesantes”.
Explica que realizaban algo llamado triple extension throw, un swing con pesa rusa en el que se usaba toda la potencia del cuerpo para lanzar la pesa sobre la cabeza y dejarla volar hacia atrás. “Es el movimiento explosivo de cuerpo completo perfecto”.
Contaban con todo el equipo moderno necesario, pero aún así entrenaban en temperaturas bajo cero, levantando piedras y cargando troncos. “Eso es entrenamiento estilo strongman, eso es fuerza mental”, dice Pieratt.
Calistenia
Pieratt sostiene que el entrenamiento con peso corporal es excelente para hacerte “inmune a los efectos del ácido láctico”, lo que lo convierte en un básico para artistas marciales, corredores o cualquier atleta. Explica que si no te gusta la sensación de ardor muscular, “agrega más calistenia a tu vida: calistenia de alto volumen y alta intensidad”.
“La mayoría de las veces, lo que te vence en combate es la falta de resistencia”, agrega Pieratt. “Te fatigas antes de que se agote tu fuerza máxima. Por eso la calistenia siempre ha sido una parte esencial del sistema soviético”.
Entrenamiento pliométrico
Yuri Verhoshansky fue un pionero del entrenamiento pliométrico. Pieratt explica que de ahí surgió el depth drop training, que consiste en comenzar sobre una caja alta, saltar al suelo y, al impactar, hacer otro salto inmediatamente. Es una técnica que hoy se ve en jugadores de fútbol americano y atletas híbridos por igual.
“Este tipo de entrenamiento hacía a los atletas realmente poderosos y explosivos. Hay grabaciones de archivo que muestran lo ágiles y elásticos que eran algunos de los atletas soviéticos de pista y campo”.
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Entrenamiento de conciencia espacial
Los paracaidistas soviéticos se entrenaban con ejercicios acrobáticos como saltos en trampolín, volteretas sincronizadas y acrobacias en grupo. “Les enseñaba no solo a ser conscientes de su propio cuerpo en el espacio, sino también a calcular y observar mientras se movían —una especie de inteligencia físico-espacial”, dice Pieratt.
Artes marciales de combate
El Sambo de combate es un arte marcial ruso que combina distintas técnicas. Pieratt explica: “Es esencialmente una mezcla de lucha rusa, golpes y judo japonés, y cuando entrenas duramente durante mucho tiempo, desarrollas habilidades impresionantes”.
Pero no era apto para débiles de corazón. Según Pieratt, no practicaban la versión deportiva del Sambo; se entrenaban para la guerra: atacaban ojos, golpeaban gargantas y entrenaban para situaciones de vida o muerte en el campo de batalla. No hace falta decirlo: no es un método para probar en casa.
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