¿Te resulta difícil dejar de lado tus preocupaciones e inseguridades durante ‘el acto’? ¿Prefieres hacerlo con las luces apagadas? No te preocupes, no eres la única persona con estos problemas. Así que, veamos cómo puedes relajarte y disfrutar plenamente de esos momentos íntimos.
Conoce tu cuerpo
Todo comienza con el autoconocimiento. Tómate el tiempo para conocer tu cuerpo y entender qué te excita. ¡Quizás descubras una nueva zona erógena! Experimenta a solas o con tu pareja y descubre qué funciona para ti. Al familiarizarte con tu propio cuerpo, podrás relajarte mejor y disfrutar del sexo. Ya sabes lo que tienes que hacer.
Crea el ambiente adecuado
El ambiente adecuado puede marcar una gran diferencia a la hora de relajarte durante el sexo. Arréglate un poco, pon música agradable, enciende una vela — ojo: no muy cerca de la cama o la noche podría volverse demasiado caliente accidentalmente — y crea un entorno en el que te sientas cómodo y relajado. No olvides poner el teléfono en modo silencioso — nada interrumpe más el ambiente que una llamada inesperada.
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Hablar sucio es sexy
La comunicación abierta con tu pareja es esencial para una vida sexual relajada y satisfactoria. Habla sobre tus deseos y necesidades. Trabajando juntos y apoyándose mutuamente, pueden crear una conexión más profunda y disfrutar plenamente de la experiencia. Consejo: no olvides mencionar lo que te parece tan sexy de tu pareja. A todos les gusta escuchar eso. Es bueno para el ambiente.
Déjate llevar y disfruta
¿Has seguido todos los consejos anteriores? Entonces, es momento de despejar tu mente. Ya has pensado lo suficiente en esto. Deja tus preocupaciones y el estrés fuera del dormitorio y concéntrate en el aquí y el ahora. Quítate los pantalones, relájate y deja que el amor (o el deseo) haga su trabajo.
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Vía Men’s Health NL
